Tres años después, el Passeig del Born volvió a decirle ayer "sí" a la ´Ciutat de Palma´. Más de 3.000 personas desfilaron por este lugar emblemático para escuchar algún momento del concierto Viu la Simfònica, que contó con Maria del Mar Bonet como protagonista destacada y que pidió que aquella situación vivida en 2013, cuando la orquesta fue víctima de duros recortes y estuvo al borde de la desaparición, no vuelva a repetirse.

"La Orquestra Simfònica ha pasado por momentos muy difíciles. Que en el futuro sea una orquesta fantástica y maravillosa para quien la escuche", expresó en voz alta Maria del Mar Bonet al coger su micrófono.

El concierto solo obtuvo aplausos por respuesta, que se incrementaron con otra reivindicación de la cantante mallorquina, también protagonista en el concierto de julio de 2013. "Es Born me recuerda tantas cosas lejanas... Cuando era joven era un lugar que pertenecía a toda la gente, un punto de encuentro, sobre todo los domingos. Hoy no es lo mismo, aunque ahí siguen esos árboles, todo un cielo protector", señaló Bonet con la mirada puesta en las terrazas del otro extremo del Passeig.

Es Born, que hace tres años marcó un antes y un después en la historia de sa Simfònica al reunir a más de 4.000 personas que corearon "¡sí se puede!", ya presentaba media hora antes del inicio del concierto de ayer, programado para las 20,00 horas, un importante tránsito humano. De automóviles, ninguno, porque se cortó el tráfico por espacio de 120 minutos, los que duró el recital. Sí se permitieron las terrazas de los bares y restaurantes, que volvieron a su normalidad tras la recién clausurada Fira del Llibre.

Quienes no pudieron hacerse con alguna de las quinientas sillas colocadas frente al escenario, que se ubicó de espaldas a la plaça de la Reina, tuvieron que conformarse con seguir la música de pie, y no fueron pocos, con quejas y reproches a la organización. "Faltan sillas y sobran políticos", "que nos dejen las sillas de las terrazas de los bares" y "que quiten esos urinarios que no me dejan ver", fueron algunas de las protestas que se pudieron escuchar.

En primera fila se situaron los políticos, que a diferencia de 2013 sí acudieron. Se pudo ver a la presidenta Francina Armengol, al alcalde José Hila, al futuro batle Antoni Noguera, a la coordinadora general de Cultura en Cort Noemí Garcies... También en las sillas más próximas al escenario se leyeron viejas pancartas con mensajes como "Tots amb la Simfònica" o "la cultura no és un luxe".

El espectáculo, al que se sumaron numerosos turistas tanto nacionales como extranjeros, arrancó con fragmentos de obras tan populares como Las bodas de Fígaro de Mozart, La fuerza del destino de Verdi, Carmen de Bizet y La boda de Luis Alonso de Gerónimo Giménez, ésta última seguida por el público con palmas, a petición del director Pablo Mielgo.

La gran afluencia de espectadores logró un sonido notable de la orquesta, empastado, aunque desde algunos puntos del Born la calidad del mismo era desigual.

Tras las óperas y la zarzuela, apareció Maria del Mar Bonet. La veterana y admirada cantante eligió para la ocasión una selección de temas de Bellver, el disco que grabó en 2010 precisamente con sa Simfònica, en aquel tiempo dirigida por Salvador Brotons.

"Que las fronteras las hagan solo las oliveras", pidió Bonet antes de entonar Merhaba, una bella canción escrita por Albert García y Zülfü Livanelli que dedicó al Mediterráneo en estos tiempos de miseria y migraciones.

La dansa de la primavera, coescrita por Bonet junto a Gregorio Paniagua, y La dama d´Aragó, un clásico del cancionero catalán del que eligió una versión de Serrat, fueron otros temas que despertaron la atención del auditorio.

El concierto de sa Simfònica y Bonet se enmarca en el ciclo Estius Simfònics, que continuará en julio y agosto con destacadas figuras como Michel Camilo.