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Teatro

Pornorondalles en clave de humor polizón

El nuevo espectáculo de Produccions de Ferro, 'Peccatum', con Toni Gomila al frente, propone "una relectura irreverente" del 'Aplech' que escribió Mossèn Alcover

Catalina Florit y Toni Gomila, en un momento de ´Peccatum´.

Produccions de Ferro estrena hoy viernes (22,00 horas) en la Casa Museu Llorenç Villalonga de Binissalem su nuevo espectáculo, Peccatum, con el que propone "una relectura atrevida y un tanto irreverente" de las rondallas de Antoni Maria Alcover. Al igual que hicieron con Memòries d'un reclam, Acorar o Infinir, los responsables de la compañía mallorquina, con Toni Gomila al frente, han querido con esta obra "poner en escena el alma mediterránea".

Peccatum es una creación colectiva de Gomila, Catalina Florit -su compañera en escena- y Joan Miquel Artigues. "Se trata de un juego con las rondallas, pero en lugar de adentrarnos en ellas con las reglas de siempre, establecemos reglas nuevas, o mejor dicho, nos las saltamos", apunta el que fue protagonista del último fenómeno teatral surgido en la isla, Acorar, todavía en cartelera.

De este modo, las rondallas que "todos conocemos se convierten en pornorondalles", en rondallas verdes, pecadoras, con "un humor polizón", agrega Gomila.

La obra respeta de un modo fiel el lenguaje de Alcover, que bajo el seudónimo de Jordi d'es Racó publicó a partir de 1880 y con el título de Aplech de Rondaies Mallorquines un conjunto de cuentos que "están fijados en nuestro imaginario".

Peccatum se nutre de fragmentos de once de esas rondallas aunque las referencias alcanzan los 24 títulos del Aplech.

"En nuestra obra hay un 25 por ciento de irreverencia. Destacan los elementos grotescos", reconoce Gomila, quien enmarca Peccatum en el "género de las pornorondalles".

"Mn. Alcover afirmaba que en su Aplech no está el elemento pornográfico que tanto abunda en todas las literaturas populares, Se refería a lo verde, a lo carnal, al sexo", apunta el popular actor. Comparar la sociedad en la que vivió Alcover con la actual es uno de los propósitos de este montaje, que también aspira a "dar vigencia a sus rondalles" y salpicarlas con males "obscenos" de nuestro tiempo, como son "la pederastia, la violencia de género o la crueldad".

Un ejercicio que, fiel al estilo de Produccions de Ferro, recurre al humor, en este caso un "humor gamberro, desenfadado, fresco, sin prejuicios" y asociado a la ironía.

Gomila es consciente de que habrá quien no entienda su juego, más aún siendo las rondallas "algo sagrado" para muchos. Pero "ya está bien", espeta el actor y responsable de la dramaturgia de esta obra. "Lo sagrado tiene tendencia a quedar fosilizado, a formar parte del pasado. Nosotros respetamos profundamente las rondallas y a Alcover, pero queremos que hablen de las cosas de hoy y que nos conmuevan", afirma.

Sobre el escenario, Gomila estará acompañado por Catalina Florit, a quien descubrió durante el anterior espectáculo de Produccions de Ferro, Infinir, obra que viajaba entre la diversión y el desconcierto, con un indio y un extraterrestre encontrándose en el espacio sideral. "Catalina Florit es una compañera de escena extraordinaria, con gracia, elegancia y técnica. Con ella tengo una complicidad muy bonita", subraya.

Gomila recuerda que la chispa que encendió este montaje se produjo en Barcelona, en El Maldà, teatro que tras los buenos resultados de la temporada pasada volvió a apostar este año por las rondallas mallorquinas para su cartelera.

Obra de "rombo y medio"

"Peccatum no es para todos los públicos, pero sí para mayores de doce años. Es algo muy naïf, de rombo y medio", bromea su protagonista.

Con este nuevo trabajo, Produccions de Ferro, con más de quince años de historia en su mochila, da otra vuelta de tuerca en su trayectoria, marcada "por una línea no muy definida".

"Somos una compañía muy ecléctica pero la esencia estaría en espectáculos mediterráneos que explican cosas más allá del entretenimiento y una buena presentación. Apostamos por espectáculos que propongan una reflexión y pongan en escena el alma mediterránea", defiende Gomila.

Peccatum se preestrenó en la Institució Alcover de Manacor y ahora llega a Binissalem para, luego, tomarse un paréntesis. "Volveremos con esta obra en septiembre", anuncian sus responsables.

Entre los meses de junio y septiembre, Acorar seguirá marcando la agenda de Gomila y sus compañeros, con representaciones, conferencias y proyecciones -el monólogo tiene ya su propio documental: Acorats, crónica d'un fenomen, del menorquín Joan Martí Mir- dedicadas a una obra que en Barcelona suma ya la cuarta temporada y hace ya tiempo superó los 50.000 espectadores.

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