La directora y guionista Marga Melià (Palma, 1982) vive estos días "una mezcla de emociones". Por una parte está "deseosa" de que llegue el día de la presentación de un proyecto en el que ha volcado todo el cariño en los últimos tres años, Bittersweet Days, su primer largometraje, pero por otra lado también siente "cierta inseguridad ante la reacción que tendrán los espectadores". La respuesta la obtendrá el próximo 27 de junio, cuando su cinta, una película sobre la identidad, el amor, la amistad y el crecimiento personal que refleja las inquietudes de una serie de treintañeros en la Barcelona globalizada de hoy en día, se estrene en Cine Ciutat.
Su ópera prima se proyectará en la sección oficial del Atlántida Film Festival, circunstancia que "llena de orgullo" a su directora. "Creo que mi película encaja muy bien en este certamen, un festival que está centrado en Europa y que con una de sus líneas quiere retratar cómo se enfrentan a la vida las nuevas generaciones de europeos", comenta.
La cinta de Melià arranca cuando el novio de Julia tiene que trasladarse temporalmente a Londres, con lo que ella se verá obligada a compartir piso con Luk, un extrovertido fotógrafo holandés. Su convivencia hará que los dos se replanteen su manera de afrontar la vida.
"Es una película que retrata esta situación de incertidumbre, de mucho movimiento de una ciudad a otra dentro de Europa, de inestabilidad, de cambio e intercambio cultural... Todo este ambiente que vivimos los jóvenes de hoy en día", señala Melià, una mujer seducida por el cine clásico y los primeros trabajos de Woody Allen.
"Me interesa la gente independiente que quiere contar una historia y se lanza con total honestidad", subraya.
El largometraje, de 72 minutos de duración, independiente y de bajo presupuesto, se ha rodado en distintas localizaciones de Barcelona y Mallorca. "Siempre me ha gustado hablar de lo que conozco, así que la Barcelona que sale es mi Barcelona, la parte de la ciudad que yo he tratado durante los diez años en que he vivido allí: mi piso real, los bares a los que acudía, mi videoclub... Todo en el barrio de Gràcia", apunta.
Un distrito tristemente de actualidad a causa de los enfrentamientos entre grupos antisistema y agentes antidisturbios a causa del desalojo de un banco okupado. "Todo ha pasado muy cerca de mi piso. Por un lado pienso que es bueno que se dinamice tanto todo. Barcelona es una ciudad que apuesta por el asociarse y las asambleas, por la participación ciudadana. No me corresponde meterme en política pero entiendo al propietario y también a los jóvenes, que necesitan un espacio. Pero no entiendo que hayan dicho que no a la oferta del ayuntamiento, que les ofrecía otro espacio. No sé, seguro que hay 30.000 cosas ocultas que desconozco. Espero que se resuelva bien y pronto, porque por la tele nos lo pintan como una batalla campal en plena calle", espeta.
Las localizaciones de Mallorca son la Catedral, Ciutat, Valldemossa, la Colònia de Sant Jordi (donde veranea Melià) y es Caló des Moro. "En la película los protagonistas recurren a Mallorca para desconectar. La isla simboliza la libertad, un paréntesis en sus vidas, el lugar en el que pueden ser ellos mismos, un refugio con el que escapar de los miedos y prejuicios", explica.
Los dos protagonistas de la película, Esther González (Julia) y Brian Teuwen (Luuk), son unos grandes desconocidos para el espectador, algo que, para la directora, "forma parte del juego".
"Cuando vi la película en mi cabeza, les vi a ellos. Estaba convencida de que con ambos funcionaría. Ha habido mucha química entre ellos y han participado de un modo directo en el guión. Han aportado mucho y transmiten verdad", afirma.
El elenco lo completan Joan Miquel Artigues, Patricia Caballero, Natasja Bode, Michael Kalweit, Queralt Riera y Joan Marqueño.
La música también tiene acento mallorquín. La mayor parte de la banda sonora es obra del grupo local Lili's House, integrado por Lia Gibert y Guille Borrás, que ofrecerán un recital el día del estreno de Bittersweet Days en Cine Ciutat.
"Sus canciones están cargadas de buena energía y optimismo y crean la atmósfera musical idónea para narrar la agridulce historia de los protagonistas", escribe Melià en la web del filme: www.bittersweetdays.com. En la película también suenan temas de Satellites, The Wheels y Julio Arcalá.
