La Comissió Insular de Patrimoni Històric del Consell dio ayer luz verde al proyecto de restauración del casal de Can Olesa, emblemático edificio que desde 2013 pertenece a un empresario sueco.

El casal de la calle Morey, uno de los edificios más sobresalientes desde el punto de vista patrimonial del centro de Palma, goza desde 1973 de la consideración de monumento histórico-artístico, además de contar con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).

En su informe técnico, fruto de un intenso año de trabajo, el Consell aprueba el plan de restauración y rehabilitación presentado por el arquitecto Guillermo Reynés, aunque subraya algunas "deficiencias pendientes" relativas al depósito de agua situado en la tercera planta y a las fachadas del patio de entrada, sobre el cual deberá aportarse un "proyecto de intervención".

El resto del expediente, que ahora pasará a ser examinado por la Comisión de Centro Histórico del ayuntamiento, ha sido declarado por el Consell "favorablemente con las siguientes prescripciones": se tendrá que comunicar el inicio de las obras y toda la intervención deberá desarrollarse con un arqueólogo y conservador-restaurador que formarán parte del asesoramiento a la dirección de la obra.

"Lo que quiere el propietario es adecuar el uso de Can Olesa a los tiempos actuales con un proyecto de reforma para uso particular", explica la directora insular de Patrimoni, Kika Coll. "Y eso implica que se hayan planteado una serie de modificaciones que no existían en este casal como un posible ascensor o un cambio de usos en los porxos. De todos modos se ha respetado mucho todo lo que es el mobiliario, tejidos... todo lo que otorga un valor añadido a este casal más allá de la parte arquitectónica".

A causa de las obras, los bienes muebles que sean trasladados de modo temporal tendrán que someterse a controles mensuales por parte del Servei de Patrimoni, que vigilará las condiciones de almacenamiento así como el desmontaje, embalaje, ubicación temporal y recolocación.

"El hecho de que Can Olesa sea BIC ha requerido de un personal técnico especializado y cualificado y es muy importante poner en valor todo el trabajo que ha hecho el equipo a la hora de presentar el proyecto, porque se ha recogido información que de otro modo no tendríamos (evolución histórica del casal, de los materiales, de los sistemas constructivos)", valora Kika Coll.