Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica de cine

Ganarse el cielo

El título original de esta película es Fúsi, el nombre del protagonista. Un grandullón de 43 años (Johnsson), solterón, obeso e hipertímido. Vive, como era de esperar, con su madre. Trabaja como maletero en el aeropuerto y tiene un solo amigo (Kjatarnsson) con el que comparte la afición del modelismo bélico histórico. Es, como era de esperar, virgen. Está tan acomplejado que no hace el menor intento por acercarse al sexo opuesto. Un amante de su madre le incita a apuntarse a clases de baile (country) y ahí conoce a una empleada de floristería.

Fúsi ha modelado su entorno (¿como casi todos nosotros?) para ser mínimamente feliz y soportar los pequeños (para él) reveses de la vida. Es muy espartano, con su madre y su único amigo considera cubierta su vida social y aguanta estoicamente gamberradas, al borde de lo intolerable, de sus compañeros de trabajo. Es un buenazo pero también muy pasivo, sin apenas iniciativa. Un par de incidentes desagradables y el encuentro con la floristera le fuerzan a levantar la vista. No renuncia a su bondad pero se abre (un poco) al mundo. Ese es todo el argumento, y no es poco. No hay final feliz ni trágico. A la introversión del personaje se une la frialdad del carácter nórdico. El humor es tan fino que apenas fuerza unas sonrisas. La ambientación muestra un entorno urbano anodino, sin un solo atisbo de los apabullantes paisajes de ese país. En el reparto Johnsson soporta con firmeza todo el peso de la película. La limitada originalidad del guión se compensa por el derroche de humanidad y autenticidad. Deja poso.

Corazón gigante

****

Nacionalidad: Islandia, 94 min.

Director: Dagur Kari

Actores: Gunnar Johnsson, Sigurjon Kjatarnsson, Margret Helga Johannsdotir

Cines: Augusta

Compartir el artículo

stats