En los museos, la accesibilidad no sólo son rampas sino también conseguir que los ciegos puedan visualizar e interpretar las obras mediante el tacto. "Este tipo de proyectos son muy necesarios y responden a una de nuestras funciones como institución, que es hacer accesible la cultura a todo el mundo", sostiene el director del Prado, Miguel Zugaza, que ayer inauguró en el Museu de Mallorca una exposición que exhibe seis pinturas maestras de la pinacoteca madrileña adaptadas para invidentes. "Trabajar en este sentido es muy importante, máxime en unos tiempos en los que internet no es nada favorable a todos estos colectivos", agrega durante el recorrido el responsable de la institución.

Los cuadros del Prado adaptados para invidentes son La Gioconda; El caballero con la mano en el pecho, del Greco; un bodegón de Van der Hamen; El quitasol de Goya; La fragua de Vulcano de Velázquez, o Noli me tangere de Correggio. A esta nómina hay que sumarle una reproducción del Entrebigat de les Justes de los Mestres de l'Almudaina, proveniente de los propios fondos del Museu de Mallorca. Esta última reproducción se quedará custodiada de manera permanente en Ca la Gran Cristiana.

El comisario de la exposición, Fernando Pérez Suescun, al tiempo uno de los responsables del departamento de Educación de la pinacoteca madrileña, explicó que las reproducciones las ha fabricado Estudios Durero mediante nueva una técnica que han desarrollado llamada didú. "Empezaron a dedicarse a la materialización de piezas artísticas para ciegos cuando organizaban una exposición fotográfica de Juan Torre, un artista que ha ido perdiendo visión. Cuando preparaban las fotografías, se dieron cuenta de que él pasaba la mano por encima de cada una de ellas. Si te fijas, cualquier imagen que pasas por la impresora deja después un relieve por la acción de la tinta sobre el papel", señala el comisario. En el caso de las obras que ahora pueden verse en el Museu de Mallorca, todas ellas se han producido a partir de unas tintas "que reaccionan a la luz y suben como una levadura para después solidificar", continúa. En primer lugar, se trabajan los volúmenes y las texturas de las piezas, aportándoles el relieve necesario para que el invidente pueda reconocer las formas. A continuación, se imprimen en blanco y luego se les aplica el color. "Nosotros pensamos que los tonos eran muy importantes porque hay gente que todavía tiene restos de visión y pueden reconocerlos en parte", agrega.

La primera obra que el departamento de Educación escogió para la muestra, que arranca su itinerancia nacional en Palma, es El caballero con la mano en el pecho. "Luego buscamos otro retrato, de mujer, y con paisaje al fondo, y luego fuimos añadiendo obras de los distintos tipos de pintura albergados en el museo: mitológica, costumbrista, bodegones o religiosa", detalla. "La intención era conseguir un Prado en miniatura", añade.

Lectura clara y sencilla

Otro de los criterios en la selección de las piezas fue que su lectura fuera clara y sencilla. "El Bosco, por ejemplo, sería demasiado complicado por sus niveles de lectura y cantidad de elementos", comenta Zugaza. A tamaño real se han reproducido el cuadro del Greco, el bodegón de Van der Hamen y La Gioconda. Las piezas están encajadas en una suerte de cuerpo central que permite una lectura en horizontal. Van acompañadas de un folleto, etiquetas, plafones explicativos (todos ellos también en braille), gafas opacas de cartón para facilitar la experiencia de los videntes (la exposición está abierta a cualquier visitante) y una audioguía con una descripción de un recorrido táctil que ayer probaron la consellera de Cultura Ruth Mateu, el director general del área Jaume Gomila, la directora del Museu Joana Maria Palou, que ha trabajado en este proyecto junto a Zugaza, el presidente de la Fundación Axa Jean Paul Rignault y la delegada del Consell Territorial ONCE Balears Maria del Carme Soler.

La exposición, organizada por el Prado y la conselleria de Cultura a través del Museu de Mallorca, cuenta con el patrocinio de AXA y la colaboración de la ONCE.