Por aquellas casualidades de la vida (o no), el espectáculo precedente en el Teatre del Mar ha sido una Penèlope a cargo de la payasa Pepa Planas y en La llamada del mar, que nos ha llegado avalada por el afamado sello de Philippe Genty, se nos da la versión del marido. Es ésta una adaptación imaginativa, humorística y hasta algo gamberra de la Odisea, en la que la que el barco de Ulises es una pala de escoba y el mar una cortina de ducha.
A partir de ahí, el largo y azaroso regreso a Ítaca (lógicamente, resumido en un espectáculo de poco menos de una hora) constituye una sucesión de juegos visuales y de palabras, parodias, bromas, guiños y hasta alusiones (oportunas) a la actualidad y al entorno, en la que estos tres excelentes intérpretes: Amador Artiga, Marzia Gambardella y Andrés Martínez Costa, regresan, en sustancia, a cuanto el juego dramático tiene en común con el juego a secas. La fantasía constituye el detonante esencial de esta función, pero asimismo el humor, en casi todas sus vertientes. Así que (como ocurría en Penèlope) también los espectadores nos volvemos un poco niños.
El hecho de que la travesía se estructure en una concatenación de escenas autónomas dota al espectáculo de una cierta irregularidad, con fragmentos mejor resueltos que otros. No obstante, el ritmo no llega a decaer en ningún momento. El espectador vive una experiencia mágica y divertida, una de ésas que le dejan a uno con la sonrisa colgando de la boca.
La llamada del mar
Teatre del mar (palma)
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Autor: Philippe Genty. Dirección: Philippe Genty y Mary Underwood. Intérpretes: Amador Artiga, Marzia Gambardella y Andrés Martínez Costa.
