"Bridget Jones ha hecho mucho daño", ha asegurado en Barcelona la periodista norteamericana Kate Bolick, que acaba de publicar "Solterona", ensayo en el que teoriza sobre la visión actual de las mujeres que deciden vivir en solitario.

En la presentación, Bolick, que trabaja como profesora de la New York University y colabora esporádicamente con las revistas The Atlantic Monthly y The New Yorker y con el diario The New York Times, ha resumido que, "si históricamente una mujer soltera era vista como triste o solitaria o una rebelde, hoy en día es ya algo común y ordinario".

"Solterona" (Malpaso), que nació de un encargo para la revista The Atlantic Monthly, habla de su propia experiencia, después de que rompiera una relación de adolescencia con su novio.

"Me llevó mucho tiempo aprender a vivir bien yo sola y existía el riesgo de volverme adicta al trabajo", comenta Bolick, quien recuerda que, "actualmente, hay mas solteros que nunca".

Bolick aprendió además a "hacer amistades con gente de diferentes edades, y, de hecho, una de mis mejores amigas es una mujer viuda de 78 años".

Asimismo, combate la idea histórica de la madre soltera, "vista como una persona virginal, asexual, infértil, pero hoy cada vez más mujeres escogen tener niños en solitario".

Reconoce que hace tiempo que está sucediendo esto y la proporción ha aumentado de manera radical, aunque "es más fácil personificar lo que yo defino como solterona si no tienes hijos".

Cuando recibió el encargo, la periodista se puso a investigar y encontró una estadística que señalaba que "más de la mitad de la población es actualmente soltera".

Bolick se ha inspirado en mujeres artistas que no necesitaron estar solteras para defender la autoexpresión, "mujeres que han ejercido una influencia en mi vida, y me daba la impresión de que las tenía en mis hombros como si fueran loros que vigilaban lo que escribía".

Esas cinco observadoras son las autoras Edna St. Vincent Millay, Maeve Brennan, Edith Wharton, Neith Boyce y Charlotte Perkins Gillman, que sirven a Bolick para entender la independencia femenina y la necesidad de autoexpresión. "Eran mujeres con un discurso alucinante y me encontré a mí misma hablando con estas mujeres que llevan mucho tiempo muertas y aprendiendo de ellas".

Aunque a las mujeres solteras se las trataba de manera infantil, apunta Bolick, "con condescendencia e hipersexualizadas", hace cien años había muchas mujeres solteras que hablaban en público de sus vidas: "Quería mostrar que siempre se las ha tenido lástima".