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Crítica de cine

Huir en tiempo de guerra

Los éxodos civiles de media o larga distancia forzados por un conflicto bélico, como la desoladora situación actual de los sirios, se inician basándose en un conjunto de circunstancias complejísimas y volátiles: miedo visceral al invasor, recuerdo de experiencias anteriores, directrices políticas y estimación -con datos muy poco fiables- de si en otra parte les irá mejor o peor.

En Francia, en 1940, el asalto del ejército alemán provocó un éxodo (cita de la película) de 8 millones de habitantes. La película de Cristian Carion, cuya madre fue una de esas personas desplazadas, narra las vicisitudes de la población entera de un pueblecito del norte galo. En vez de resistir como Asterix, el alcalde (Gourmet) cumple la orden de las autoridades superiores de emigrar hacia Dieppe, capital de su región. En el pueblo se encuentran además un comunista alemán fugado de su país (Diehl), su hijo Max (Marlon) y un soldado escocés (Rhys). Al inicio de la marcha se dispersan, con el alemán adulto, el escocés y un gabacho despistado por un lado y el niño con el resto de vecinos del pueblo por otro. La primera trama tiene más suspense, con anécdotas curiosas y posiblemente reales (la bodega bien surtida, la gaita escocesa, el amoral realizador alemán de 'no-do'); la segunda es más de lagrimita fácil, pero se sostiene por la energía de Olivier Gourmet (La promesa, El ejercicio del poder). Esa combinación de tramas, evitando toques de melodrama como romances o niños demasiado desvalidos, permite mantener el interés y apunta bien, sin llegar a sobresaliente, la complejidad y el drama que suponen los éxodos civiles en tiempos de guerra.

Mayo de 1940

Nacionalidad: Francia, 114 min. Director: Christian Carion. Actores: August Diehl, Olivier Gourmet, Joshio Marlon, Matthew Rhys. Cines: Augusta, CineCiutat

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