"Quiero hacer edificios que produzcan un nuevo tipo de paisaje, que fluyan junto a las ciudades contemporáneas y las vidas de sus habitantes". Son palabras de Zaha Hadid (1950-2016), la mujer que curvó la arquitectura y a quien ayer en el Club DIARIO de MALLORCA se le rindió un sentido homenaje. Su inesperada muerte el pasado 31 de marzo tambaleó el mundo arquitectónico. Fue una mujer que transformó la disciplina con su maestría en el diseño de estructuras elegantes y curvilíneas. En 2004 conquistó la cumbre de su profesión al recibir el Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura. La presentadora del acto y periodista de esta casa, Lourdes Durán, dejó claro que Hadid no está muerta. "Continúa viva en sus obras", sentenció antes de dar paso al arquitecto Vicenç Mulet quien detalló que Zaha Hadid fue una mujer que luchó por un nuevo vocabulario contemporáneo en la arquitectura. "Que quiso expresarse como una arquitecta de su tiempo y airear para abrir nuevos caminos en sincronía total con los adelantos fruto de la investigación actual", señaló. "En ningún momento se avergonzó de ser del siglo XXI mirando al pasado y recreando formas o recuperando falsamente formas que no son propias de la contemporaneidad", abundó. También valoró que sus edificios son "como cosas que están en movimiento y les hacen una foto". También destacó que entró en este mundo apoyada por el marketing porque "su arquitectura comunica". "Tiene fuerza y movimiento", sentenció. Su compañera Mireya Muntaner dejó claro que la arquitectura no entiende de géneros. Se centró en Zaha Hadid como profesional pero también como mujer arquitecta, que "aportó ilusión, perseverancia y demostró que no hay límites". Por su parte, la interiorista Bàrbara Flaquer se centró en la micro arquitectura y destacó la voluntad y el empeño de Hadid en dar importancia tanto a las grandes obras como a los pequeños diseños. Y es que el sello de Zaha Hadid no solo está en edificios sino también en la moda.