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Luis A. Segura

"Me tienta el azúcar, pero ahora me va a costar huir del sonido de autor"

­Ha agotado las entradas para el concierto del domingo (20 h) en el Castell de Bellver. El mallorquín, aka L.A., regresa a casa en formato de trío semi-acústico...

Luis A. Segura (Palma, 1978), en una imagen promocional. nerea lópez

Los viajes como enriquecimiento personal y las experiencias vitales intensas son los constantes motores de creación de Luis Alberto Segura, aka L.A. En esta gira por escenarios singulares y en formato de trío acústico (o semi-acústico/electrónico), la búsqueda la ha motivado un agente diferente. En realidad, las canciones o las versiones de los temas de su último disco -From the City to the Ocean Side- se han ido moldeando in situ, adaptándose a cada plaza, a su acústica, a su historia intrínseca. "Esta gira es como un laboratorio", se aventura a describir el músico mallorquín. Una suerte de concierto en constante proceso de elaboración y ejecutado ex professo para cada espacio. Los ensayos junto a Pep Mulet (guitarra) y Dimas Frías (batería) duraron tres días escasos. Nada podía estar demasiado ensayado pero en el horizonte había un objetivo: dar una vuelta de tuerca a Living by the Ocean, Hands, Dualize, Elizabeth, Revolutionary Disguise, Oh, Why?, In America... Canciones que cristalizan en un sonido personal con bagaje de clásicos de los 60, grupos de la Costa Oeste americana, el folk o los noventa. El repertorio de este tour tan especial, un repaso de hora y media a toda su discografía, fue elegido de manera aleatoria e improvisada, asegura Segura, aunque al final, como en todo lo que hace Luis, hay mucho más concepto del aparente bajo el vestido de naturalidad y emoción que enfunda su proyecto, "que está bien donde está ahora, aunque uno siempre quiere más y en eso estoy", confiesa.

Sobre la gira, considera que ha ido creciendo a medida que iba conquistando espacios. "Llegamos a Palma con el repertorio al punto, bien sabido, deglutido y digerido. Por eso, creo que el del Castell de Bellver es el concierto de este tour", promete.

El trío arrancó en Bilbao, en la capilla mayor de la iglesia de la Encarnación, del siglo XVI. "Fue un reto para toda la banda y el equipo, porque al llegar allí nos dimos cuenta de que había que retocar todos los efectos [basados en delays y reverbs sobre todo] y los juegos de luces que nos acompañan", explica. "Cada noche toca readaptarlos a la sonorización y a la arquitectura de esos emplazamientos singulares y poco habituales para la música", prosigue.

El espectador, en un ambiente íntimo y casi teatral, identificará inmediatamente la esencia del Ocean Tour -la gira de su último disco-. Los guiños se materializan, por ejemplo, en sonidos que emulan el canto de las ballenas. Un inciso: no hay que ser muy observador para caer en la cuenta de la querencia de Segura por estos cetáceos, los tatuajes le delatan.

Tras estos recitales de aforo reducido y muy sui generis -iglesias, castillos, jardines, palacios, azoteas-, donde ha vendido todo el papel, le esperan los festivales de verano: Lollapalooza Berlín, Nos Alive Lisboa, el Mad Cool de Madrid, El Sonora CC de Cáceres, el de Les Arts en Valencia o el Arenal Sound, entre otros. Entre plaza y plaza veraniega, grabación de nuevo material a la vista. "Aún no sé dónde lo voy a registrar, quizá repita en EE UU o me vaya a Inglaterra con un productor que tiene allí el estudio", desvela a este diario. "Igual esta vez le pongo los cuernos a Los Ángeles [su otro cuartel general junto a Mallorca, donde gusta de desconectar en el Portixol]".

Segura, que con toda certeza ya tiene el nuevo disco en su cabeza, es reacio a aportar datos sobre ese tesoro melódico que custodia en sus cuadernos. Pero se pueden intuir ciertos detalles por el momento vital que atraviesa. "Me tienta el azúcar, porque estoy en un momento muy azucarado, pero me va a costar huir de todo este lado de composición de autor y más personal", confiesa. "Así que será un disco que estará entre el azúcar y el sabor amargo. Será como el sirope de agave".

Apenas con tiempo para coger aire, en otoño se embarcará con su banda en una gira europea, probablemente junto a otro grupo como ya hicieron con Kodaline.

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