Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica de teatro

De la misma materia de los cuentos

Un cuento para niños puede que parezca lo más candoroso del mundo. En realidad, los relatos supuestamente infantiles contienen una crueldad tremenda: están repletos de brujas, ogros y monstruos. Por eso mismo, algo monstruoso ronda por esta historia aparentemente amable: los recuerdos en primera persona de un adulto en torno a su abuelo ("es Güelu", como dicen en Eivissa), que le contaba un cuento cada noche.

Una propuesta que parece simple: un sofá, un balón, un perchero. En realidad, una apuesta muy arriesgada. No ya por sus bordes acerbos, que también, sino por la misma estructura, que alterna diálogo y monólogo, escena del pasado y reflexión desde el presente, relato y exposición. Particularmente, para el niño-adulto, sometido, además, a una dificultad añadida en su expresión. Abunda la reiteración (los niños son reiterativos; muy reiterativos) y por añadidura las narraciones del anciano resultan extrañas, incómodas, intrincadas. Queda escaso hueco para unos apuntes algo más reconfortantes. Se esbozan algunas pinceladas, pero lo desasosegante, la materia oscura, arrambla con el peso de la historia. Sin duda, todos los pasados contienen luces y sombras. En éste encuentra uno más de lo segundo que de lo primero, y la magia de la comunicación oral no llega a sobreponerse a la pesadumbre.

Javier Matesanz, como autor y director, plantea unas exigencias nada confortables a sus (excelentes) intérpretes: un plenamente convincente Joan Carles Bestard, un sólido e inquietante Enric de las Heras, una amarga y tierna Catalina Rosell, más la estupenda actuación del/los niño/s Adrià Amoros y Martí Serrano. Un válido trabajo dramático.

Es Güelu

Teatre municipal catalina valls (palma)

***

Autor y director: Javier Matesanz.

Intérpretes: Enric de las Heras, Joan Carles Bestard, Catalina Rosell y Adrià Amorós/Martí Serrano. Iluminación: Joan Borràs.

Compartir el artículo

stats