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Musical

'Mamma Mia!' enseña sus tripas

Un equipo de 38 técnicos trabajaba ayer a toda máquina en el Auditòrium de Palma para tener a punto el montaje del musical con las canciones de Abba - Los espectadores verán hoy en el estreno más de 300 trajes, 17 cambios de escena o 7 decorados distintos

'Mamma Mia!' enseña sus tripas

Son las 11.30 de un Jueves Santos de color azul. Pero en el Auditòrium se vive a otro ritmo: no es festivo y todo está oscuro. Falta un día y medio para el estreno de Mamma Mia! y los técnicos prueban una y otra vez los juegos de luces. Nada puede fallar. Ahora mismo, sobre el escenario, el decorado transporta al que lo mira a un pueblecito de Grecia. Casas encaladas con las puertas de color azul. "Los sonidistas también están haciendo sus ajustes", comenta uno de los regidores del espectáculo, Juan Carlos Fernández. El montaje está perfectamente calculado. "Hay 38 técnicos que trabajan por etapas. Y a medida que se acerca el estreno van conjugando sus distintas labores para que todo encaje", indica Fernández. En el foso, hay espacio para una banda de seis músicos. "Es todo en directo. El maestro musical también toca el piano", señala.

Con el teatro a media luz, el regidor explica con exactitud que se producen hasta 17 cambios de escena en toda la función. "En total, son siete decorados que se repiten: la habitación de Donna (encarnada por Nina), el patio de la taberna, la playa, el embarcadero..." En el backstage, puede verse parte del utillaje que decora los cuadros: las sillas de la taberna, vasos, cocteleras, pajitas...

La maquinaria que se encaja en el escenario y los telares los manejan seis personas. "Luego hay otros cuatro técnicos que siempre están sobre las tablas y ayudan a los cambios de decorado", desvela el regidor.

De momento, no hay elenco ni equipo de sastrería en las tripas del Auditòrium. Hasta que la parte técnica no esté resuelta, el trasiego de gente por los pasillos no supondría más que un estorbo. El elenco lo conforman 31 personas, aunque sobre el escenario sólo se ven 28. El resto son refuerzos que cubren a los actores cuando sucede algún contratiempo.

Una de las partes más importantes del espectáculo es el vestuario. Más de 300 trajes están guardados en las cajas que ocupan los pasillos de las bambalinas. Fernández abre uno de los armarios transportables. Contiene los vestidos de Tania y Rosy, de las Dynamos. "Son las amigas de Donna, la protagonista", detalla. Extiende uno de los vestidos: el diseño está inspirado en el estilo discotequero de los setenta. Pantalones de campana, volantes, mangas y cinturones anchos y mucho brillo. Abba style. Pesa ocho kilos debido en parte a los cristales de Swarovski que adornan el corpiño. "Tras cada función, se revisa que no falte ninguno", comenta la jefa de sastrería, María Regidor. En su equipo, hay cuatro sastres y una lavandera. Su rapidez en algunos cambios de vestuario es primordial, sobre todo cuando por exigencias del guión hay que hacerlo en 30 segundos.

El diseño de la ropa es inglés. Una supervisora de la franquicia original viaja para conocer la nueva producción y dar el visto bueno a la adaptación del vestuario. La media de peso de cada traje es de 4 kilos y su precio oscila los 6.000 euros. En los números con los griegos, predominan las telas grises, azules y de materiales como envejecidos. En el Voulez Vous hay morados, plata y brillos. El blanco, el negro y el flúor invaden cuando suena Under Attack. Y la boda es una explosión de rosas, naranjas y estampados.

El departamento de sonido es uno de los más importantes del musical. Cada actor porta un doble micrófono, que debe ser ajustado y cuya cobertura debe ser comprobada una y otra vez. Las luces también juegan un papel importante en el montaje. "A veces parecen más de concierto y en otras ocasiones son más teatrales, más íntimas", indica Fernández.

Con esta nueva producción de Mamma Mia! (de Stage Entertainment), el equipo que se encuentra ahora en Palma lleva 132 funciones a sus espaldas: tres meses en Barcelona y casi uno en Sevilla. "Es la cuarta producción de este musical en España", asegura el regidor. La primera fue hace once años en el Teatro Lope de Vega. La última que estuvo en Palma fue en julio de 2010. Fernández lo recuerda perfectamente porque una de las funciones coincidió con la final de España en el Mundial de 2010. "Pusimos una pantalla aquí, en el teatro, y todo el equipo técnico y artístico así como muchos espectadores compartimos la victoria de nuestro país. Fue muy emocionante. Luego hicimos la representación", relata.

La fidelidad al espectáculo original es supervisada con lupa por sus creadores. Las modificaciones se dan únicamente en el campo actoral como método para mantener la frescura de cada nueva adaptación. "Los planteamientos y la manera de afrontar el personaje o el modo en que se cuentan los chistes van cambiando", explica Fernández, quien regresa a las tripas del teatro. "Mañana vienen los actores, hay que terminar todo esto", expresa apurado.

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