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Entrevista

Nina: "El escenario es el lugar en el que más he disfrutado y sufrido"

"La música y el teatro deberían ser ejes de la enseñanza en los primeros años de vida" - "Estoy en un momento muy dulce, si pudiera me plantaba aquí 30 ó 40 años"

Nina sostiene su libro ´Con voz propia´, que mañana martes presentará en Palma.

-Confiesa en Con voz propia: "De todo cuanto he hecho a lo largo de mi carrera, de lo que más orgullosa estoy es de este libro". ¿Por qué?

-El libro es fruto de un año de trabajo, de reflexión, de componer una partitura con palabras. Y se puede coger, tocar, cosa que no puedo hacer con mi oficio de actriz. Una función queda en la mente y el corazón del público pero el trabajo de actriz es intangible. En el libro me desnudo y hablo de las dos caras de mi profesión, la amable y la amarga.

-¿Qué es lo más amargo de su oficio?

-Los factores externos que de ningún modo tu puedes controlar al ser otros los que llevan las riendas. Nuestro oficio no es solo salir al escenario y contar una historia. Hay otros frentes que se deben resolver y con los que tienes que lidiar. Por ejemplo, al inicio de mi carrera tuve que afrontar con muy poca experiencia la grabación de dos discos que nada tenían que ver conmigo y artísticamente no eran de mi agrado.

-Otra confesión: "Cuando miro atrás empiezo a sentir vértigo". ¿Adónde se agarra?

-Al presente, que es muy interesante. Estoy en un momento muy dulce, si pudiera me plantaba aquí 30 ó 40 años.

-¿Cómo se mantiene una 34 años en una profesión tan exigente como la de cantante?

-Lo que me ha ayudado a mantenerme y a mantener intacta la ilusión por una profesión inestable por naturaleza son los valores que mis abuelos y mis padres me dejaron en herencia. Sin su ejemplo lo hubiera llevado peor. Soy una persona que siempre ha tocado con los pies en el suelo y eso me ha servido quizás más de lo que yo me imagino.

-¿Cómo se digiere ser el centro de atención de 23 millones de espectadores, algo que le sucedió durante su etapa en el Un, dos, tres...?

-Lo he vivido no solo una vez sino varias veces y sobre el éxito he reflexionado bastante. Es curioso ver los procesos psicológicos que desencadena en un ser humano. Un día no puedes andar por la calle porque todos te reconocen pero con la misma o más rapidez te pueden olvidar. Todo eso hay que gestionarlo relativizando el éxito. En el momento en que todos te ponen por las nubes y te coloca en una realidad que no es la que se corresponde hay que hacer el esfuerzo de quitarle importancia y tener claro que sigues siendo igual de buena o de mala y no eres tan extraordinaria como te quieren hacer creer.

-¿Siente el escenario como el mejor lugar del mundo?

-Sí. Yo no podría vivir sin el teatro. También tengo que decir que no sé si dentro de 10 años estaré ahí. El cuerpo y la voz mandarán. Si no están en forma, me retiraré. El escenario es el lugar donde más he disfrutado pero también en el que más he sufrido. Se sufre porque tienes una responsabilidad, porque hay personas que han pagado una entrada, todo tiene que salir a la perfección... Salir al escenario es desnudarse y en la voz se refleja todo: el estado de ánimo, la alegría, la timidez, euforia, mala leche... Cuando abres la caja del instrumento, muestras tu alma.

-Ha dedicado siete años de su vida al musical Mamma Mia. ¿Los integrantes de ABBA se le aparecen en sueños?

-Tengo facilidad para desconectar. Hago muchas otras cosas durante el día. Mamma Mia me ha enseñado a ser disciplinada. También a tomar más conciencia de la función social de nuestro oficio, el bien que podemos hacer y hacemos subiendo al escenario y contando una historia como ésta, un canto a la amistad, no solo entre las mujeres, las protagonistas del espectáculo, también entre madre e hija, e incluso entre examantes. Por eso termina con una inyección de buen rollo y vitalidad, porque hay algo ahí que conecta con el lado más primario del ser humano.

-La música ha dejado de ser obligatoria con la Lomce. ¿Una ley que desafina?

-En la educación básica tendría que haber música e interpretación. Todo cuanto tiene que ver con la expresión oral del ser humano y con la voz, el instrumento con el cual nos comunicamos con el mundo e interaccionamos con él, tendría que ser una prioridad en la enseñanza en los primeros años de vida. Yo estudio con jóvenes y tienen serias dificultades para expresarse, para presentarse en público, para vencer la timidez. Una asignatura de teatro musical, o de teatro de texto, de interpretación y por supuesto música, con un instrumento obligatorio, debería ser el eje de la enseñanza.

-¿Se puede cantar sin saber nada de la voz?

-Sí, yo me pasé 17 años cantando sin saber nada de mi voz desde un punto anatómico y fisiológico. Cuando tienes ese conocimiento más empírico te lo pasas mejor, dominas más tu instrumento.

-Usted perdió la voz. Pasó por el quirófano. ¿Cuál fue la lección?

-Que no hay recambio, que solo tenemos una voz y hay que cuidarla mucho. Que es muy frágil, hoy tienes voz y mañana puedes no tenerla. Aquello me hizo tomar muchísima conciencia y me ayudó a que en una edad muy temprana aprendiera a cuidar la voz, hasta el día de hoy, en que tengo que hacer ocho funciones semanales. Durante el día hablo lo estrictamente necesario, me alimento muy bien y por supuesto ni fumo ni bebo. Soy feliz cuidándome.

-¿Qué le gustaría cantar y no puede?

-Casi todos los temas que he querido cantar a lo largo de mi vida los he acabando cantando. Sí me gustaría hacer el musical Sunset Boulevard.

-¿Se sentiría cómoda en la casa de Bertín Osborne?

-Sí. No he visto su programa, no tengo tele, pero tendría buena química con él porque ya nos conocemos.

-Usted que cantó en Eurovisión en 1989 y conoce el festival. ¿Por qué fracasamos cada año?

-No sé si Eurovisión tiene mucho sentido en el año 2016. Eurovisión pierde todo su sentido cuando la música deja de ser en directo. La música no puede ser enlatada.

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