"Muy interesante". Don Felipe no pudo menos que mostrar su admiración ante las explicaciones de Juan Canela, comisario de la sección Openning en ARCOmadrid 2016, sobre From nothing to void (De la nada al vacío), la propuesta que el artista barcelonés Pep Vidal, a partir de varias cápsulas en diferentes estados hasta llevar al vacío casi absoluto, muestra en la galería mallorquina L21 en ARCOmadrid.

Los Reyes, acompañados del director de ARCOmadrid, Carlos Urroz, del presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, y del ministro de Educación y Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, tras ver las cápsulas de Vidal, a medio camino entre la física, las matemáticas y el arte, se adentraron en el espacio de L21, que regentan Óscar Florit y María García-Ruiz, para admirar las obras, allí expuestas, del ya citado Vidal y del chileno Alejandro Leonhardt. La Junta de vecinos número 6 de éste, que ocupa toda la pared central del stand, confeccionada a base de trozos de fachada de casas de Santiago de Chile, captó la atención de doña Letizia, que mostraba un novedosos estilismo, y quien, tras preguntar por los pormenores de la obra de Leonhardt a Canela, García-Ruiz y Florit, aseguró que la propuesta de L21 en ARCOmadrid "me ha gustado mucho".

Así, tras despedirse de los responsables de la galería mallorquina, los Monarcas siguieron su visita (acompañados esta vez por un inusitado número de personalidades políticas, ya que además de los ya citados estuvieron presentes desde la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, hasta el presidente de Ciudadanos Albert Rivera) por los diferentes espacios de la feria ante el habitual revuelo de periodistas y curiosos que siguieron atentos sus pasos durante cerca de hora y media. Mientras, los responsables de L21 se mostraron "encantados" con la real visita, antes de señalar, en broma, que "no han comprado nada".

Pero además de la visita real, las galerías de Balears, aparte de L21, Pelaires, Horrach Moyá y la berlinesa-mallorquina Kewenig, seguían manteniendo durante la segunda jornada de la feria "un buen nivel" de actividad, interés por parte de los coleccionistas y ventas que, como decía uno de los galeristas, "es de lo que se trata".

Así, en Horrach Moyá seguían levantando una gran expectación las obras "inquietantes y plenas de incertidumbre" del dúo austriaco-israelí Muntean-Rosenblum, mientras que, por ejemplo, en Pelaires, destacaba la "potencia" de Albert Pinya, el "lirismo en busca de la esencia del paisaje para adentrarse ene el alma humana, en su psiquis" que destilan las pinturas del norteamericano afincado en Pollença Nicholas Woods, o las obras de Amparo Sard o de un Guillermo Rubí que, además de sus clásicas pinturas se está "adentrando en el mundo de la escultura". Igualmente, un precioso retrato con la marca de Bernardí Roig (que también tiene obra en la galería Max Estrella), una obra inquietante de Marcelo Viquez o un impactante Kornelius se podían ver en Kewenig, mientras la galería Elvira González mostraba obra nueva de Barceló, tres cuadros de diferentes formatos, todos ellos de 2015, o la turinesa Giorgio Persano enseñaba orgullosa la escultura Nunca pies andan por mi jardín, obra del año 2000 de Susy Gómez. Todo ello, en fin, en una edición que ya es tachada por casi todos como "excepcional e irrepetible".