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Crítica de cine

El taller de los dioses

De puntillas, el cineasta colombiano Ciro Guerra (La sombra del caminante, Los viajes del viento) se va consolidando como una de las voces más interesantes del cine actual. El abrazo de la serpiente alterna las peripecias de dos exploradores reales (interpretados por Bijvoet y Davis) que se internaron por la selva colombiana en la primera y tercera década del siglo pasado; y el indio ficticio (interpretado por Torres y Bolivar) que les ayuda a buscar una planta sagrada medicinal. La fotografía en blanco y negro remarca la época de los hechos y añade un toque Salgado muy justificado. Las interpretaciones son también notables, sobre todo la de Bijvoet (Borgman) o los dos que encarnan al carismático indígena.

El guión peca de cierto maniqueísmo: 'buenos salvajes' resistiendo a caucheros o misioneros despiadados, y bienintencionados exploradores desligados de esos explotadores de riquezas. Aún exagerando esos conflictos no dejan de ser en gran parte ciertos. Hay muchas dualidades que la película muestra con atinados matices. La sed de conocimiento y a la vez la codicia en los hombres occidentales. La duda entre las tribus primitivas entre adaptarse y diluirse a los nuevos tiempos o mantener un inmovilismo suicida. Y por encima de todos (el título de esta crónica es una cita del filme) la selva como taller y patio de recreo de los dioses. Esconden riquezas y dejan que los hombres las protejan o se maten por ellas. Los lanzan al paraíso sin instrucciones de uso. Los trastocan en serpientes o ratones según vientos o corrientes imprevisibles. Ciro Guerra transmite todo eso con sencillez y maestría, respeto, curiosidad y alerta.

****½

Director: Ciro Guerra

Actores: Nibio Torres, Jan Bijvoet, Antonio Bolivar, Brionne Davis

Cines: CineCiutat

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