"Hay que superar la etiqueta de literatura femenina", "¿por qué cuando se refieren a nosotras se utiliza esa expresión y si el autor es un hombre se habla de simple literatura?", "¿por qué publicamos menos si hay más lectoras y consumidoras de libros?" Éstas son algunas de las cuestiones que discuten en torno a una mesa en Comerciants de Núvols diez autoras mallorquinas de distintas generaciones con motivo de la presentación de Llibreria, femení singular, una iniciativa enmarcada en la XXVII Setmana del Llibre en Català. Esta decena de creadoras -una oportunidad única que estén todas juntas- amadrinará durante todo el año un programa de actos en torno a la figura de la mujer que se celebrará en el circuito de librerías de la isla. La primera acción que se lanzará esta semana en las redes sociales desde el Gremi de Llibreters es un conjunto de entrevistas en formato vídeo con las autoras donde hablan de su propia obra y preferencias literarias.

Eusèbia Rayó Ferrer (Palma, 1951) es una de ellas. La Biblioteca de Babel será su espacio a recomendar. "Me gustaría hacer algo en torno a la lectura", comenta. "Las mujeres leen más que los hombres. Nosotras siempre hemos sido más dinámicas y tenemos más interés por los libros", asegura la autora de Reines de Mallorques. A l'ombra del poder. "La lectura es algo que debe potenciarse desde la infancia, los niños deben aprender a amar los libros", agrega Rayó.

Embat ha invitado a la investigadora Pilar Arnau, quien pronunciará una conferencia titulada Dona i migració a la narrativa de Najat El Hachmi i Laila Harrouch. Para ella, "las mujeres son las grandes consumidoras de cultura escrita, las que van más al cine y al teatro y muchas de ellas trabajan en las librerías, pero todavía no se han empoderado en el mundo de la cultura. La gestión cultural y las políticas culturales siguen estando en manos de los hombres", asegura. Éste es uno de los motivos por que las mujeres siguen publicando menos que los hombres y teniendo una presencia muy limitada en las Academias de la Lengua y en los listados de premios literarios. "Es cierto que hay muchas mujeres en los cargos intermedios y editoras que son mujeres, pero no hemos llegado arriba". "Ellas son las grandes consumidoras de cultura y también se han de convencer de que son las grandes productoras", abunda.

Para Antònia Vicens (Santanyí, 1941), que será la madrina de Lluna y participará en una mesa redonda el próximo día 11, "la literatura es más grande que el hombre y la mujer. Me ofende cuando se distingue entre literatura masculina o femenina refiriéndose a literatura fuerte y vigorosa o débil. No quiero que en la pluma se vea si está escribiendo un hombre o una mujer", opina. En la mesa de ayer había bastante quórum sobre esta cuestión. Las autoras piensan que el canon lo siguen creando los hombres, el sexo mayoritario de los críticos literarios. Sin embargo, la generación más joven, formada por Agnès Llobet, Lucia Pietrelli o Laia Martinez i Lopez, las tres de 1984, ve cierto peligro en la cuestión de las cuotas o en iniciativas que potencian lo femenino. "Actualmente, se ha avanzado y se han abierto algunos caminos, y a veces algunas iniciativas pueden quedarse en meros parches", advierte Llobet, madrina de Jaume de Montsó. "Por eso mismo, esta actividad de amadrinamiento no se circunscribe únicamente a la semana del día 8, sino que se extiende a todo el año", comenta Júlia Montfort de Abacus, quien asegura que las mujeres son mejores clientas que los hombres en las librerías. "Ellas compran muchos libros escritos por mujeres; ellos, no", desvela. "Está claro que ellos leen menos literatura y prefieren leer otras cosas para estar empoderados. Piensan que la literatura no les empodera", observa Maria-Antònia Oliver (Manacor, 1946), reciente Premi d'Honor de les Lletres Catalanes y madrina de Born de Llibres. "Los hombres leen ensayo, cosas relacionadas con su profesión, sobre todo. Ellos hacen una lectura más funcional; ellas por placer y para entender el mundo", defiende.

Laia Martinez i Lopez, madrina de Literanta, piensa, a pesar de partir de una situación más igualitaria a la hora de publicar al pertenecer a una generación más joven, que estas iniciativas están bien para reivindicar a mujeres o escritoras de antaño "que aún no han salido de algunas cuevas". En cambio, Pietrelli, que apoya a Drac Màgic y también participa en esta actividad, a veces se pregunta si este tipo de actos "ayudan de verdad o, por contra, crean una barrera más".

Las ilustradoras del Clúster -Nívola Uyá, Margalida Vinyes, Eva Barceló, Flavia Gargiulo y Enriqueta Llorca- también serán madrinas, en concreto en Abacus. "Es curioso, somos muchísimas ilustradoras y a veces he sido la única mujer con 20 hombres en jornadas o congresos sobre Ilustración", reflexiona Uyà.

Para Maria Antònia Perelló (Inca, 1957) -madrina de Espirafocs-, la mujer siempre ha tenido más dificultades para mostrarse. "Tener hijos condiciona mucho, hay una herencia patriarcal muy fuerte, etc. Pero siempre ha habido mujeres que han roto los esquemas. Desde Antígona es así. Ella es fuerte, la que se levanta contra el poder. Su hermana, en cambio, es miedosa y débil", comenta. "Sófocles ya se planteó que fuera posible otro papel de la mujer", agrega. Tanto Perelló como Martinez i Lopez creen que el hecho de celebrar una Setmana del Llibre en Català y dedicada a la mujer pone de relieve dos anomalías en nuestra sociedad.