-¿Qué le enamoró del texto de Jean-Claude Grumberg?
-Grumberg me enamora desde hace tiempo porque lo conozco desde 1967 en París. Me gusta mucho porque es un teatro comprometido con la sociedad, de una gran actualidad, de una calidad literaria y de un estilo contemporáneo. Cuenta con unas réplicas muy cortas y siempre con una inteligencia extraordinaria y un sentido del humor fabuloso.
-Es la primera vez que se presenta en España una obra de Grumberg. ¿Cómo describiría a este autor francés?
-La prensa francesa lo describe como el autor dramático más cómico de su generación porque toca temas profundamente humanos y sociales pero siempre en clave de humor y con mucha inteligencia. Su teatro continuamente provoca la risa. Es un teatro de placer. Nos hace reír pero acto seguido, nos hace reflexionar. Es este debate continuo con el público. Me fascina que todas sus réplicas tengan más de una lectura.
-¿Por qué Ser-ho o no para dar a conocer a Grumberg?
-Hace tres veranos la había acabado de escribir y me la dio. Me la leí rápidamente por la tarde y por la noche le dije que era genial y vi que había un personaje hecho a mi medida. Aunque no la había estrenado en París, me dijo que la podía estrenar cuando quisiera.
-¿La obra trata la cuestión judía pero lo que se dice en el escenario se puede extrapolar a otros temas de actualidad?
-Es totalmente extrapolable al tema de la tolerancia, a la defensa de la diferencia y, sobre todo, hasta qué punto la ignorancia siempre es el punto de partida de algún tipo de odio, odio a lo que no se conoce a través de tópicos. A partir de aquí, se plantea el derecho a la diferencia, al respeto, a intentar conocer al otro y a partir de aquí, conocerte a ti mismo.
-¿El prejuicio nos marca?
-¡Claro! Nos marca por otra historia. A menudo se confunde la palabra judío con la política determinada por el Gobierno de Israel. Una cosa es la política del Gobierno de Israel y otra es ser o no judío. Hay muchos judíos que viven en Israel y no comparte la política del Gobierno. Pero hoy en día todo está muy mezclado.
-¿Ser-ho o no bebe del teatro del absurdo?
-Grumberg es un heredero del teatro del absurdo pero su absurdo es mucho menos intelectual que el teatro del absurdo porque es más humano. Es mucho más carnal. Tengo un ejemplo que creo que la gente lo entiende. Es como la evolución de la pintura. Grumberg es heredero de la pintura abstracta pero, al mismo tiempo, va hacia el nuevo arte figurativo.
-¿El diálogo inteligente no falta en el texto de Grumberg?
-No. El diálogo es muy inteligente y brillante. Cada réplica da en el blanco. El público se lo pasa muy bien y se ríe mucho. Hay estas dos fases: el gran sentido del humor y una reflexión profunda. En su libro, Grumberg dice que "con el objetivo de ser el máximo completo posible, hago constar a los que continuan tocando esta cuestión que un profesor emérito de Harvard contó hasta 8.612 maneras de considerarse judío. Como él no se reconocía en ninguna, declaró que continuaría las investigaciones. Yo me sumo a su investigación". ¿Nos podemos definir al 100% de una manera exacta?
-¿El personaje y la obra deben encandilar a Josep Maria Flotats para que suba a un escenario?
-Forzosamente. Casi siempre monto un espectáculo donde soy protagonista porque me enamoran los textos. Y si creo que el personaje es para mí, lo monto enseguida porque creo que si me conmueve, me emociona, me hace reír y me alimenta, tendré más posibilidades de comunicarlo.
-Comparte escenario con Arnau Puig. ¿Se topó con él por casualidad?
-Fue fruto de la casualidad. Arnau Puig es un joven actor, que empieza. Hace dos años estaba haciendo las pruebas en el Teatre Nacional de Catalunya para montar El Joc de l'amor i de l'atzar, vino un actor a hacer una escena de Romeo con un compañero que le daba la réplica, que era Arnau Puig. No lo necesitaba para aquella obra, pero pedí que apuntaran el nombre y su teléfono porque ya tenía en mente Ser-ho o no. En la mitad de los ensayos de El Joc de l'amor i de l'atzar, lo llamé por miedo a que otros lo contrataran porque estaba seguro de que era el actor idóneo para este papel. Se sorprendió mucho que le llamara sin hacer pruebas. Arnau Puig es fantástico, tiene mucho talento y gusta mucho a la gente, por ello, estaba seguro de que podía hacer este personaje. Tiene mucha fuerza, mucha presencia y seguro que hará una magnífica carrera.
-Es hijo del teatro público y precisamente estrena en el Principal. ¿Cómo han cambiado las salas en época de crisis?
-Muchos amigos actores montaban espectáculos, que con la crisis y el IVA al 21% han tenido que renunciar. Es terrible pero el 50% de los proyectos de teatro en todo el Estado han desaparecido o no se pueden hacer.
-¿Por qué es indispensable el teatro público?
-El teatro público es tan indispensable como la salud pública, como la universidad pública o como el transporte público porque forma parte de la cultura. Es lo que he vivido en Francia.
-Pero es un tema que debe recordarse continuamente...
-Se tiene que recordar, sí. Hasta los años 90 se hicieron pasos adelante pero desde hace muchos años tengo la sensación de que se están dando pasos atrás.
-Dani Rovira ha recibido muchas críticas por su broma del yate y el IVA al 21%. ¿Realmente este impuesto ha sido una manera de cargarse la cultura?
-Seguro, ha sido un ataque directo. No hay sensibilidad por la cultura. En Francia el IVA del teatro es del 2,5% hasta las 140 representaciones. Se supone que después de las 140, se ha recuperado la inversión, por ello, el IVA sube al 5,5% a partir de la representación 141. Antes del 21%, aquí escandalosamente ya estaba al 8% y ahora como gran favor dicen que lo bajarán al 18%.
-Ser-ho o no es un alegato por la tolerancia y la defensa a tener otras opiniones. ¿Rajoy y sus ministros deberían venir a verla?
-Creo que aunque vinieran, no entenderían nada porque no tienen las neuronas adecuadas para entender ni esta ni otra obra.
El acto: Ser-ho o no
Lugar: Teatre Principal de Palma y Auditori d’Alcúdia.
Días de espectáculo: Del 19 al 21 de febrero.
Entradas: Desde 20 euros las entradas anticipadas a los 25 euros en taquilla.
