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Crítica de cine

Claúsula de inmoralidad

En 1952 el científico británico Alan Turing fue detenido por homosexual y le dieron a elegir entre cárcel o castración química. Ese mismo año la escritora norteamericana Patricia Highsmith (Extraños en un tren, El amigo americano o A pleno sol adaptan novelas suyas) publicó El precio de la sal, sobre una relación homosexual femenina con final feliz, desafiando a los que consideraban la homosexualidad una enfermedad o desviación.

El argumento es muy sencillo: chica conoce chica. Una es más mayor (Blanchett), casada y con una hija; la otra (Mara) es una joven dependienta de comercio con el despiste propio de su edad. En una sociedad abierta no habría historia. El escollo aquí es que el marido (Chandler) conoce las inquietudes sexuales de su mujer y aprovecha una ley arcaica para impedir, o hacer el máximo daño posible, a su mujer. Aunque esa trama remarca bien el puritanismo de la época, novela y película inciden tanto o más en la pasión de las dos mujeres. La obra escrita utiliza muchos monólogos para desarrollar sus pensamientos y sentimientos. El guión de Phyllis Nagy (amiga de Highsmith) ha tardado veinte años en ver la luz por la dificultad de trasladar eso evitando socorridas voces en off. Lo hace por el medio más difícil, la dirección y fotografía. Largos planos de la dos actrices, excelsas ambas, cruzándose miradas o sumidas en sus pensamientos sobre una ambientación exquisita. Carol es una película lenta, sin la pasión desaforada de La vida de Adèle, pero ofrece un brillante equilibrio entre el genuino amor de las protagonistas y la denuncia de su opresión por una sociedad (aún hoy) muy patriarcal y machista.

Carol

Estados Unidos, 108 min.

****

Director: Todd Haynes

Actores: Cate Blanchett, Rooney Mara, Kyle Chandler, Sarah Paulson

Cines: CineCiutat, Augusta, Porto Pi, Cinesa Festival Park

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