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Crítica de música

Lleno hasta las bambalinas

Orquestra-Coral UIB.- Digámoslo claro y alto desde el principio: Sin una orquesta como la que tenemos y una coral como la que dirige Joan Company, sin esos dos elementos, no hubiera sido posible ofrecer en vivo una obra como la Segunda Sinfonía de Mahler que las dos formaciones presentaron el pasado jueves en el Aditòrium de Palma.

La Orquestra, aumentada con los miembros de la recién creada Acadèmia de la Simfònica y la Coral, reforzada con elementos del Orfeón Pamplonés, marcaron una cita histórica. Difícilmente podríamos escuchar en directo obras de la envergadura sonora de esa Segunda de Mahler. Obra grande entre las grandes; grande en todos los sentidos: por el número de personas necesarias para su interpretación, por la complejidad de la partitura y por la calidad artística.

Si algunas veces hemos visto un lleno hasta la bandera por lo que al público se refiere, muchas menos hemos presenciado un lleno hasta las bambalinas sobre el escenario. Grosso modo hablamos de doscientos músicos entre voces e instrumentistas.

Bravo la cuerda.- Pero no solamente la cuerda, la orquesta toda con todas sus secciones estuvieron muy pero que muy bien. La cuerda brilló especialmente en el Andante, movimiento del que es protagonista casi absoluto; pero maderas, metales, dúo de arpas, percusión (con dúo de timbales incluido)€ todas las partes merecen el aplauso sin paliativos.

El director, Pablo Mielgo, consiguió de sus músicos un muy buen sonido, lírico en los cantábile, profundo y comedido en los clímax. Interesante el efecto de incluir entre bambalinas algunos metales para conseguir un efecto sonoro, como de lejanía.

Urlicht.- Con el verso Urlicht Sehr Feierlich que canta la mezzosoprano empiezan las aportaciones vocales. Que no son muchas pero sí decisivas y necesarias. Mahler, como Strauss, trata la voz humana de manera soberbia. Nada se le escapa. La exigencia, que es mucha, queda compensada sobradamente por el placer de cantar y de escuchar. Pura delicia.

La soprano Golda Schultz y, sobre todo la mezzo Charlotte Hellekant (que ha cantado con Eschenbach o Dudamel, entre otros grandes) cantaron sus roles de forma muy eficiente y musical.

Y los coros? ¡Ah los coros! Sin una coral como la de la UIB (aquí junto con la de Pamplona, ambas al mismo nivel), que canta y pronuncia ese repertorio como ninguna otra puede hacerlo, no serían posibles proyectos como éste. Sin ninguna duda.

Para terminar transcribo y firmo lo que me dijo Joan Company al final del espectáculo: "Ha sido un concierto muy, muy, especial". Cierto.

Orquestra Simfònica de Balears

Auditòrium de Palma

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Solistas vocales

Coral Universitat Illes Balears y

Orfeón Pamplonés

Pablo Mielgo, director

Segunda Sinfonía de G. Mahler

Fecha: 28-01-16

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