La Galeria Gabriel Vanrell inauguró ayer una de sus grandes exposiciones programadas para 2016, Barceló y Tàpies, una muestra que reúne tanto obras originales como obra gráfica de dos personajes claves en el desarrollo artístico español y que podrá visitarse hasta el próximo 8 de marzo.

La exposición, que ocupa dos de las cinco plantas de la galería de la calle Tous i Maroto y que según Rosa Vanrell ha despertado "un gran interés no solo en el público local, también entre grandes coleccionistas alemanes y del resto de Europa", circunstancia que también se vivió hace ahora un año, con la muestra dedicada a Eduardo Chillida, pone énfasis en la investigación continua y concienzuda en técnicas y diferentes estilos que ambos artistas han cultivado.

"Otro elemento en común entre Miquel Barceló y Antoni Tàpies -señalan los responsables de Vanrell- es que se han servido de la obra gráfica, en todas sus variables técnicas, para experimentar y potenciar los valores plásticos de su obra".

Para la disposición de las obras en la galería se ha apostado por establecer "una especie de diálogo entre ambos artistas", de modo que quedan todas "entremezcladas" con una excepción: los grabados referentes a la Tauromaquia de Barceló, que se exponen en la primera planta, por separado.

Una temática, la de los toros, que el genio de Felanitx incorporó a su producción artística a partir de 1990 y con la que trata al animal "dentro de un todo concéntrico que es la plaza, pero aquí no está pintada como un elemento más del folclore español, sino como una pieza colocada en la delgada línea que divide la vida y la muerte. Así, toro y torero surgen de un reflujo circular de la mancha grabada", explican los responsables de Vanrell.

Antoni Tàpies, como también la pintura barroca, el art brut, el expresionismo abstracto norteamericano o el arte povera italiano, figura entre las influencias de Barceló. También las obras de Joan Miró, un nombre clave en el inicio de sus incursiones en el mundo de la obra gráfica, ya que estas se produjeron de la mano de la Fundació Miró, cuando le invitó a trabajar y experimentar en sus talleres.

"El mayor maestro de la pintura de mi país: las tres cosas, maestro, pintor y catalán, en grado máximo. Un hombre de una pieza. El pez más grande y más rojo del arrecife litoral", comentó Barceló el día después de la muerte de Tàpies, de quien el próximo 6 de febrero se cumplirán cuatro años de su desaparición.

En Palma se puede ver una selección de los trabajos que Miquel Barceló realizó en Lanzarote durante los años 1999 y 2000, una serie abierta y dedicada a los grabados que, inacabada, "avanza a impulsos" y que, técnicamente, combina el aguafuerte, el aguatinta y también la punta seca.

Una serie, Lanzarote, que ya protagonizó una muestra en Gabriel Vanrell-Galeria d´Art, en la primavera de 2012, cuando se expusieron quince espectaculares grabados, concretamente los que van del número 48 al 62 de este conjunto marcado por peleas de perros, frutas abiertas, pulpos, peces troceados, tubérculos y esqueletos de animales al sol.

Barceló y Tàpies se puede visitar todos los días laborables de 10,30 a 13,30 y de 16,30 a 20,30 horas (sábados de 10,30 a 13,30 horas).