Diario de Mallorca

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Entrevista

Gerhardt Braun: "Venir a Mallorca es sexy y vuelve a estar de moda"

"Va a venir más turismo porque la imagen de Mallorca ha cambiado mucho desde el año pasado"

El empresario Gerhardt Braun, en su galería de la calle Sant Feliu, dirigida por Mercedes Estarellas.

A pesar de que su nombre ocupe buena parte de la calle Sant Feliu, Gerhardt Braun es prácticamente un desconocido para los mallorquines. Nació en 1962 en la ciudad de Arad, en la zona germana de Rumanía. Con Ceaucescu abandonó el país con su familia y puso rumbo a Alemania. Allí empezó a trabajar en grandes proyectos escultóricos para hoteles, bancos o plazas públicas. Hace diez años que vive en Mallorca y ocho que puso una pica en la zona más cara de la ciudad, a pocos metros de la milla de oro, el Born. Vive en s’Aranjassa, en el campo. Y sus hijos ya han nacido en la isla.

-¿Cuánto tiempo lleva en Mallorca?

-Vivo aquí desde hace diez años y hace 16 ó 17 que la visito asiduamente. Para mí, esta isla es el mejor lugar del mundo. Y no soy el único que lo piensa: ahora muchos dicen, incluso se publica en periódicos internacionales, que Mallorca es el mejor lugar del mundo para vivir. Lo tiene todo: el sol, el mar, las montañas, buenas comunicaciones... Y la internacionalidad, el multiculturalismo.

-¿Desde cuándo se dedica al mundo del arte?

-Uno de mis primeros trabajos en Alemania fue en una empresa de sistemas de construcción. Ya en 1992, empecé a trabajar en arte en otra empresa que monté. En esa época, me dedicaba a los grandes proyectos escultóricos para bancos, grandes compañías, hoteles de lujo o plazas públicas. Y los hacíamos con agua. Trabajamos en Alemania, gran parte de Europa, Turquía, etc.

-¿Sigue vinculado a Alemania?

-No. Llevo ocho años emplazado en la calle Sant Feliu. Empecé al mismo tiempo que el Rialto Living. Mientras en Alemania trabajaba en grandes proyectos, muchos públicos o para grandes compañías, aquí en Mallorca decidí trabajar para casas privadas. Es así como, a veces, después me salen proyectos en las empresas que mis clientes tienen en Alemania o Suiza. Es el camino inverso al de antes.

-¿En cuántos locales de Sant Feliu ha puesto su banderola?

-Tenemos tres ahora: Gerhardt Braun Gallery, el Concept Store y Projects, donde hacemos también diseños de decoración, iluminación, etc. Pienso que es muy importante la comunicación entre arte y diseño. Cuando trabajas en casas privadas, el cuadro no está solo en una pared, sino que hay otros elementos de la casa a tener en cuenta.

-El concepto de unir arte y diseño no es habitual en las galerías tradicionales de Palma.

-No, nosotros lo hemos traído aquí. Creo que este concepto va a ser mucho más importante en el futuro. Voy a muchas casas donde hay obras de arte y al final te das cuenta de que el arte no está bien iluminado, una circunstancia que lo único que provoca es que pierda la pieza. La gente no es lo suficientemente consciente, pero la luz es una de las cosas más importantes en una casa. Y en los países del norte esto lo saben y trabajan mucho mejor que aquí porque tienen menos sol.

-¿Cómo definiría su proyecto de galería de arte?

-Veo que los clientes, sobre todo los más mayores, demandan un arte más colorido, ligero, positivo y creo que éste es un camino que yo también entiendo. Cuando enciendes la tele, sólo ves terrorismo o por ejemplo los hechos acaecidos [ataques masivos a mujeres] en Hamburgo o Colonia en Nochevieja. En este sentido, pienso que es importante que el arte haga un poco de contrapeso de todas esas historias negativas. En este sentido, vuelvo a ver un cambio en el arte contemporáneo.

-¿En qué consiste ese cambio?

-La gente está más abierta, no hay tantas reglas o movimientos determinados en el arte contemporáneo, y al final la gente se guía más por el gusto. Y lo que veo es que a la mayoría le gustan las obras más positivas y alegres.

­-¿El arte va a ser menos crítico?

-No estoy diciendo eso. Lo que sí sé es que no voy a poner en mi casa según qué piezas críticas. Cuando me siento en el comedor, no quiero mirar arte crítico. Y puede ser que tampoco quiera mirar desnudos. En mi cama y en el baño, a lo mejor sí. Yo creo que hay arte adecuado para cada lugar de la casa. Muchas veces, cuando entramos en casas, antes de vender obras nuevas, cambiamos de lugar las piezas que estaba antes.

-¿Cuál es el perfil de su cliente?

-Una mezcla, pero sobre todo extranjeros que tienen casas aquí: gente de Nueva York, Dubai, escandinavos, suizos, alemanes, ingleses... También tenemos mallorquines y de la península, aunque menos. Pensaba que íbamos a tener más. Pero, al final, las cosas son como son. Podría ser porque no tenemos a muchos de los artistas importantes que gustan a los mallorquines. Los isleños son un poco más clásicos. Y nosotros somos más abiertos y frescos.

-¿Por qué eligió asentarse en la calle Sant Feliu?

-Me gusta esta zona y estar en el centro, a 300 metros del Born, cerca de Es Baluard, Paseo Mallorca, la Catedral y las Ramblas. Es la zona donde se mueven muchos clientes extranjeros y el dinero. Hace ocho años vi una oferta de un local en la calle Sant Feliu, el número 17, y me enamoré. Todos los locales que tengo ahora [especifica que son alquilados] están reformados y tienen para mí un valor muy importante. Los hemos reformado y hemos invertido mucho dinero.

-Abrió cuando la crisis arreciaba pero el sector del lujo se mantenía e incluso mejoraba.

-Sí. En 2007 empezó esta crisis. Pero cuando empiezas de cero no hay crisis, sólo puedes subir. Por eso no pensé en la crisis. Sabía que esta zona podía ir bien y que en otros países, de donde son muchos de mis clientes, no había crisis. Para mí nunca hubo tal crisis. Tampoco pensaba en ella. Lo que pensaba era hacerlo cada día lo mejor posible. Y pienso que las crisis también son positivas porque cambian las cosas. Mira ahora, por ejemplo, el Real Mallorca estaba en crisis y ha venido un americano [Robert Sarver] y ha puesto millones. Estoy seguro de que es una inversión muy buena porque Mallorca tiene grandes posibilidades.

-¿Le interesa el fútbol?

-Sí, mucho. Yo era jugador de fútbol en Alemania. Era medioprofesional, pero pronto me puse a montar mi empresa.

-¿Está de acuerdo con el sí a las terrazas del Born?

-Sí, por supuesto. He estado muchas veces en esas terrazas y me gusta también que con estas consultas a los ciudadanos se puedan cambiar las cosas e intervenir en las decisiones de los políticos. Es algo importante para todos. Pienso que en otros aspectos también sería una buena iniciativa aplicarlas. En el Born ahora hay gente, y esto ha subido el nivel de Palma. También es lógico que, si construyes más hoteles en la ciudad, vas a necesitar más terrazas. Los extranjeros quieren estar fuera en la isla, en las terrazas. Para ellos 12 ó 13 grados es una temperatura fantástica porque vienen de cero grados o menos. Además, las terrazas no molestan. El ruido de los músicos en el Born, sobre todo en verano, me molesta mucho más. Sobre todo cuando la música no es buena.

-¿Es Palma una ciudad ruidosa?

-No mucho. Para mí, el gran valor de Palma es que puedes ir a pie a todos los lugares o en bicicleta. También tienes buenos restaurantes y terrazas. Y cada dos o tres meses se están abriendo cosas nuevas. Por otra parte, creo que es importante que la ciudad se mueva durante los doce meses del año. Así se evitarían las aglomeraciones del verano.

-¿Estamos empezando a salir de la crisis?

-Las ventas van mejor. También veo en las inmobiliarias que los precios han subido. Y pienso que van a subir más y que van a venir muchos más extranjeros. Pienso que hay un factor clave en este punto: la imagen de Mallorca ha cambiado mucho desde el año pasado. Toda esa mala imagen de balneario y Magaluf ha terminado. Ahora ya nadie habla de ello. A los extranjeros siempre les ha gustado Mallorca, y ahora están felices. Y los que tienen una casa aquí ahora lo dicen con la cabeza bien alta. Mallorca tiene en estos momentos tan buena imagen como la que pueda tener el sur de Francia. Y que por esta buena imagen vendrán muchos más extranjeros. Mallorca es sexy y vuelve a estar de moda.

-¿Tiene clientela rusa?

-Poca. No tenemos lo que les gusta a los rusos: oro u obras de arte como mirós o picassos. Tengo una chica ucraniana en la tienda y ella habla ruso. Eso facilita las cosas. Los rusos quieren que se les hable en su idioma. Cuando lo haces, te abren inmediatamente las puertas.

-¿Qué le parecen iniciativas como la Nit de l’Art?

-Es un buen evento. Me parece bien que el jueves y el viernes sean para los coleccionistas. Y que el último día sea un gran evento, una fiesta. Pienso que la gente necesita cada vez más este tipo de eventos y fiestas. La gente quiere disfrutar más de la vida. Y Mallorca es un lugar ideal para ello. Nosotros también queremos poner un bar en nuestra galería y organizar más eventos.

-¿Mallorca es un lugar ideal para las fiestas?

-No lo decía en ese sentido. Pienso que más familias extranjeras van a venir a vivir a la isla. La mujer y los hijos van a quedarse a vivir aquí, para los que tienen niños es más cómodo, y el marido trabajará en Europa y los fines de semana vendrá a la isla.

-¿Le interesaría formar parte de alguna de las asociaciones de galeristas?

-En ArtPalma sí. Estoy abierto a ello. Lo que sí espero es que se haga una feria de arte en Mallorca. Sería muy bueno que una feria internacional ocupe este emplazamiento maravilloso, lleno de posibilidades. Sé que hay una feria internacional interesada en venir y estamos en conversaciones. Todo apunta a que se haría en el Palacio de Congresos pero yo veo más adecuado el centro.

-¿Qué más cosas habría que hacer para mejorar la imagen de la isla?

-Pienso que Mallorca debería unir más su imagen a la de Eivissa en el sentido de complementarla. Es decir, tratar de atraer a los visitantes que van a Eivissa de fiesta ofreciendo más planes relacionados con la cultura: una feria de arte, un festival de cine, etc. Palma empieza a estar preparada para ello, con los hoteles boutique y la gran oferta de restaurantes que empieza a haber. Por otra parte, pienso que cuando el Palacio de Congresos esté terminado se acabará de poner el punto sobre la í. Es una infraestructura que va a abrir grandes posibilidades para Palma.

-¿Qué consejo le daría a los jóvenes?

-Que aprendan idiomas. Y que salgan fuera para abrir su mente. Desde fuera se darán cuenta de que viven en el paraíso. Pienso también que para quedarse aquí han de crear nuevos conceptos.

-¿Qué ha aprendido de los mallorquines?

-Muchas cosas, claro. Son buenos vecinos. Sí son un poco cerrados, pero supongo que es normal, es una isla.

-¿Usted también teme a Podemos?

-No estoy muy al día del tema político. Lo que sí te puedo decir es que las consultas populares en algunos temas me gustan y funcionan. En otros países de Europa son muy habituales. Por otra parte, creo que Mallorca es diferente al resto de España. La internacionalidad de la isla la hace diferente y especial. Los que estaban antes creo que lo hicieron bien. Ahora veremos los de ahora. Lo que sí me molesta es que con cada cambio de gobierno cambien las leyes. Que tengas aprobada una inversión en un lugar y lleguen los nuevos y te la paren. Pese a ello, pienso que los políticos también tienen familia e hijos y desean que haya empresas y movimiento para que haya trabajo. Mallorca vive del turismo y éste no se puede parar. Aquí no puedes poner industria. Por eso, necesitas estar bien con los turistas.

-¿Qué opina de la nueva tasa turística?

-No soy partidario. Puede provocar que la gente no venga. El turista ya paga muchos impuestos indirectos. Además, es hipócrita. Muchas veces los propios mallorquines ensucian más que los turistas.

-¿Por qué hay tanta inversión extranjera en el centro de Palma?

-Creo que le hemos sabido ver más el valor. Los mallorquines tiran más el dinero, no ahorran. Pero ahora empieza a haber empresarios mallorquines que han montado hoteles boutique muy bonitos.

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