Diario de Mallorca

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Entrevista

Jaume Ripoll: "Mallorca es la Costa Rica mediterránea, un lugar al que se viene a rodar y poco más"

"La isla carece de un plan audiovisual que contemple un buen festival, una escuela de cine o el apoyo al talento"

Jaume Ripoll (Palma, 1977), en Palma. b. ramon

-Filmin se ha lanzado a la producción con Barcelona, nit d'hivern. ¿Buscan ser un Netflix de lo independiente?

-Estamos muy contentos con los resultados de esta película, en la que hemos colaborado. Al final, una de nuestras ideas es desarrollar contenido propio. Es uno de los caminos. Pero Filmin no quiere ser un Netflix de lo independiente. Tiene más valor conseguir que aquellas películas que se han producido tengan visibilidad. Una película como Mi querida España, que es un documental maravilloso basado en las entrevistas de Jesús Quintero y producido por el productor de La isla mínima, y que gana San Sebastián y en Sevilla, posiblemente en el mejor de los escenarios estrenaría sólo en dos salas. Gracias a Filmin lo ven miles de personas porque ponemos nuestro marketing y comunicación a disposición de aquellos títulos en los que creemos. Esto tiene más sentido que ponernos a producir un documental como Mi querida España porque ya se están haciendo en nuestro país. En el caso de Barcelona, nit d'hivern tenía sentido porque ya nos implicamos en la primera, Barcelona, nit d'estiu, en concreto en la distribución.

-¿Debería ser más flexible la distribución de las películas?

-El problema es que los principios de distribución se basan en falacias. La primera: el hecho de que si una película está en internet perjudica la distribución en salas. La gran mayoría de las películas más comerciales del cine independiente de los últimos tiempos, títulos como Pride, Searching for Sugar Man o Amour, cuando se estrenaron en España estaban disponibles de forma ilegal en internet. Y eso no impidió que todas esas películas fueran éxitos notables en el cine. Estoy a favor de que para preservar la idea de que el cine tiene la primicia muchas películas deben estar en salas y esperarse cuatro meses para estar en internet. Harry Potter, Skyfall, Ocho apellidos catalanes, Star Wars estarán tres meses en cartel y es normal que sea así. ¿Pero qué pasa con aquellas películas que a la tercera semana no están en ninguna sala? ¿Por qué esa película ha de estar nueve semanas más sin poder verse? Porque aquí, a quien se está perjudicando es al productor y la posibilidad de recuperar la inversión. Hay películas que pueden encontrar su público en otro lado. A eso hay que sumarle que hay películas que no se estrenan en los cines de tu ciudad. No estaría mal que se legislase en favor de establecer una flexibilidad en la distribución. Aquellos productos que no están en salas de cine deberían tener la opción de estar en otros lados.

-¿Afectará el escándalo de la manipulación de las taquillas a la hora de dar ayudas al cine?

-Afecta a muy pocas películas. Por eso no hay que manchar el resto de títulos. Está claro que debemos ver de qué manera el estado debe ayudar a que se puedan rodar películas. En esta cuestión, también partimos de un principio que es falso: el apoyo al cine sólo sucede en España. En Reino Unido, se dan ayudas millonarias para que se rueden Skyfall o Harry Potter. En EE UU, cada estado da ayudas enormes. Ya no digamos Canadá o Alemania. Aquí se deben redefinir las ayudas a los rodajes, no me cabe duda. Y hay nuevas formas de hacerlo. Lo que no debemos hacer es pensar: como algunos han usado la ley de forma irregular, debemos dar menos dinero al cine porque esta gente no merece ayuda.

-¿Se hace mejor cine que nunca?

-No creo, pero sí se hace un cine más variado que nunca, técnicamente mejor que nunca, más exportable que nunca y con algunas joyas. Dada la calidad que tenemos, debería tener más impacto. El camí més llarg per tornar a casa, Los exiliados románticos de Jonás Trueba, Magical Girl o 10.000 km son películas que podría ver muchísima más gente. Nos queda trabajo por hacer.

-¿Faltan plataformas para ver películas en internet?

-Plataformas ya hay. En este país, hay mucha mejor oferta de cine en internet que en el resto de principales países de la UE exceptuando Reino Unido. Hoy día en España están Yomvi o Movistar +, Netflix, Wuaki, iTunes o Filmin. Tienes tres tarifas planas extraordinarias: una te ofrece cine clásico y de autor, otra cine comercial y otra series. En otros países no hay una plataforma como Filmin donde tienes 9.000 películas de cine clásico, independiente o de autor. No existe. No quiero parecer presuntuoso, pero cuando la UE nos menciona a nosotros como uno de los ejemplos a seguir es por este tipo de cosas.

-¿Qué problema sigue teniendo el público con el cine europeo?

-El cine europeo no tiene que ser como "vamos a ver una peli europea" como si fuera "vamos a ir a correr, nos da pereza pero lo haremos". Pues no, veo una peli porque me apetece. Yo veo La vida de los otros porque es una peli de espías y no porque sea alemana. Hay que vender las películas independientemente de su nacionalidad. El cine tiene una función: explicar mejor que nada o nadie qué es lo que nos está pasando. Por eso pienso que uno de los elementos que hemos de explorar mejor es la relación que hay entre el cine y la actualidad. Parece que la actualidad sólo la descubres a través de las noticias y los documentales, y que el cine es otra cosa. Y no. Mucha gente dice voy al cine a evadirme y no a pensar. A ver, hay un camino intermedio entre la evasión y la reflexión ultraprofunda de Tarkovski. Entre Tarkovski y J. J. Abrams hay una escala de colores brutal. Y creo que tendemos a polarizarlo todo demasiado. Hay mil maneras de cine de autor. No todo es de pensar profundamente. Un ejemplo: Uno, dos, tres de B. Wilder.

-¿Por qué no despega el audiovisual en la isla?

-Porque no ha habido un plan audiovisual que contemple educación, creación, exhibición y festivales. No hay una escuela audiovisual decente, no hay festivales decentes, no hay una política de importar y desarrollar el talento que hay aquí. Esto se ha convertido en una especie de Costa Rica del Mediterráneo donde todo es maravilloso y donde se viene a rodar desde fuera. Es cierto que se pueden desarrollar incentivos fiscales para que haya más rodajes aquí y las productoras locales sigan haciendo service para los que vienen de fuera. No está mal, es una buena línea. Pero creo que en una isla como la nuestra, con la capacidad cultural que tenemos, el talento y las posibilidades históricas que hay, es un error no desarrollar ni una escuela de cine, ni festivales de cine, ni un trabajo de exhibición bueno que cree nuevos espectadores, etc. Ya no es la filmoteca, la filmoteca da igual. ¿Para qué quieres una filmoteca si no estás desarrollando nuevos espectadores? ¿Para qué una filmoteca a secas cuando el Augusta y CineCiutat están proyectando clásicos? Creo que estamos empezando de nuevo la casa por la fachada.

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