No salvaron los muebles del Casal Balaguer y extraviaron un Miró. El cuidado que tuvieron las autoridades municipales con el patrimonio de la ciudad en la pasada legislatura fue menor que el del lumbreras que pegó con pegamento instantáneo la barba de Tutankamón. "Si total, nadie se va a dar cuenta". Pero resulta que sí. Esta semana este periódico ha desvelado que el PP ocultó a la ciudadanía durante tres años el robo en los almacenes donde se custodiaba el mobiliario original del Casal Balaguer y que ni siquiera ordenó revisar qué piezas habían sido desvalijadas. Bochornoso. Para esto, preferiría que lo vendiéramos todo a los alemanes para que lo conservaran y después se les aplicara la Ley de Patrimonio con sus regímenes de visitas para la ciudadanía.
Uno de los últimos resultados -o damnificados- que han llamado la atención entre varios restauradores de la ciudad es el de la rehabilitación del conjunto escultórico de la estatua de Antonio Maura, en la plaza del Mercat. Una reforma liderada por la anterior concejalía de Cort, que hubo de resolver un imprevisto meteorológico. En concreto, dichos especialistas, que concluyen que "las contrataciones a la baja económica son desastrosas para el patrimonio", apuntan hacia la mano izquierda de la Verdad Desnuda de Mariano Benlliure, una "garra" -describen literalmente- si se compara con el modelo original de dicha estatua, custodiada en el Museo de Crevillente. Conclusión: si un elemento de un bien patrimonial ha desaparecido, se ha roto o permanece de manera parcial, por favor, "no utilices tu imaginación", comentan estos mismos restauradores.
