-¿Qué balance hace de este año que concluye?
-Yo soy muy positiva. Me quedo con un año sabático como no había tenido en mucho tiempo. Por fin. Me lo he ganado a pulso. Lo necesitaba, sobre todo para escribir. Tampoco ha sido un año entero, han sido meses, pero me han servido para reciclarme, para asentar pensamientos, ideas y objetivos; focalizar hacia donde quiero ir... Son ya 14 años que llevo en esto y siempre necesito un impasse para no repetirme. No soporto repetirme.
-Unos meses que ha dedicado a la escritura, a la composición de canciones, con vistas a un nuevo disco que publicará en 2016. ¿Sufre o disfruta frente al papel en blanco?
-Cuando no hay nada, cuando estoy a solas conmigo y mis letras, es cuando más disfruto. Para mí es la mejor parte de todo el proceso que hay detrás de un disco.
-14 años después de Operación Triunfo la cantante se reencontrará con el profesor, Ángel Llácer. El motivo, las campanadas de TV3.
-En cuanto me lo propusieron enseguida me salió una sonrisa. Me sentí agradecida. Me hace mucha ilusión. Las campanadas son un momento importante para dar buena energía.
-Vivirá unas sensaciones distintas a una actuación en directo. ¿Nerviosa?
-La gente ya me conoce. Yo no me presento de una manera postiza, sino de forma natural. Si meto la pata, la meto. Soy muy natural y en eso no me pongo nerviosa. Lo que piensen los demás me da un poco igual. Con esto no tengo lío. Y con Ángel, menos. Con él estoy salvada. Es mi maestro de interpretación.
-Como jurado de la tercera edición del concurso Oh happy day ha conquistado Cataluña.
-Una experiencia muy chula y diferente. Es un programa con mucha producción, con mucha gente detrás y el resultado final está muy logrado.
-¿Qué le pedirá al Año Nuevo?
-Que se escuche lo que propongo. Ese es mi deseo. Yo tampoco soy muy pedigüeña con estas cosas. No es que no sea ambiciosa pero bueno, he puesto mucho esfuerzo en mi nuevo disco, mucho cariño. Soy independiente, tengo muchas cosas que hacer y soy consciente de que es uno de mis discos más importantes, el de más esencia. Así lo voy a defender. Para mí supone un antes y un después.
-¿Por qué?
-Creo por edad. Cuando llegas a los 40 es un tipo de perfección un poco más diferente. Como letrista intento contar historias diferentes y estoy muy contenta con ellas. En esta ocasión he buscado más metáforas, algo no muy habitual en mí, porque soy muy clara. Todas las nuevas canciones, salvo una, llevan mi firma. La excepción es una canción muy especial que me llegó de Bélgica y que está cantada en castellano.
-¿Cuál es la esencia de todos los discos que Chenoa ha publicado hasta el momento?
-Mi timbre de voz. No importa el estilo que se canta, sino que se identifique quién lo está interpretando. Yo canto como hablo, tengo el mismo timbre haga una cosa u otra. No decoro mi voz. Lo mismo con mi personalidad. Soy siempre la misma.
-¿Con qué estilo musical ha vestido en esta ocasión su nuevo trabajo?
-Será más power. Estamos tratando un punto folk rock que quería tocar hace tiempo. El pop está muy bien, pero me he desligado de él para irme a otro campo.
-De usted se dice que posee una voz "todoterreno". ¿Se pone límites?
-Respeto mucho los estilos de raíz, los estilos puros, como el flamenco. Ni harta de vino me atrevería con una saeta. Me encanta escucharlas pero de ahí a cantarlos... Soy muy fan de Niña Pastori. Me nutro mucho de escuchar otros estilos en los que quizá yo no cuadro. Resulta enriquecedor.
-¿Qué sentimientos le domina cumplidos los 40?
-Hay que hacer oídos sordos a los tópicos. Como ha dicho Raquel Sánchez Silva en más de una ocasión, no se es más mujer por ser madre. Los 40 los llevo muy bien.
