Tienen los chinos querencia innata por el wuxia, las historias de artes marciales. Sólo por esa fijación se entienden las incursiones de directores de talento y paladar fino: Ang Lee (Tigre y dragón); Zhang Yimou (Hero y La casa de las dagas voladoras) Wong Kar Wai (The grandmaster) y ahora Hsiao-Hsien Hou con The assassin.
La historia es un culebrón palaciego en el siglo IX. Una provincia rebelde frente a una corte central hiper corrupta, y una sicaria (la protagonista, Qi Shu) enviada para poner orden al modo florentino, eliminando al dirigente local. Pero hay un problema, el señalado es primo suyo y, años ha, se habían prometido. Este argumento un director americano, o europeo, o muchos orientales, lo hubieran contado de forma animada y apasionada. Hou no va de eso. Pone a prueba la paciencia del espectador por partida doble. Los acontecimientos se narran en ráfagas sueltas y muy breves. Cuesta mucho asociar nombres, caras y evolución de los acontecimientos. Hay una ambientación trabajadísima y una contención extrema en diálogos y sentimientos. Y las escenas de acción son otro visto y no visto, sin apenas sangre ni tiempo para entenderlas y encajarlas en la historia. Hou prima la contemplación: árboles mecidos por el viento, la asesina acechando a su víctima tras unos visillos, preparando un duelo que se producirá o no, niños jugando con su padre, niebla, persecuciones en noche cerrada o en campos soleados con los contendientes en un lejanísimo plano, silencios, muchos silencios. Eso es a la vez la mayor virtud del filme. Mentalizándose como si se contemplara un cuadro es subyugante.
The assassin
***½
Nacionalidad: Taiwan, China, 105 min.
Director: Hsiao-Hsien Hou
Actores: Qui Shu, Chen Chang, Satoshi Kumabuki
Cines: CineCiutat
