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Crítica de música

Balears Symphoniker

Didáctica.- Preciosa la idea. Y efectiva. Acercar la música sinfónica a todo tipo de público funciona. El público responde y sale del teatro más formado. Aplausos pues para todo proyecto musical que quiera acercar la clásica a las familias. Ese espectáculo, Viena, tuvo muy buena acogida y sin duda aportó mucho. Para repetir.

Entretenida.- Nigel Carter tiene gracia y carisma. Aparecer en pijama (con motivos musicales) ya es un buen principio que predispone al entretenimiento. Británico de nacimiento y formación, el también trompista de nuestra orquestra habla catalán mejor que muchos nacidos aquí. Él hizo de maestro de ceremonias de este paseo musical por la ciudad de Viena, quizás la más musical de todos los tiempos y en la que nacieron trabajaron Haydn, Mozart, Beethoven, Mahler, Strauss o Schönberg.

Musical.- A partir de un supuesto sueño del presentador y con la figura esquelética de Sigmund Freud, un notable austríaco, omnipresente, la orquesta interpretó fragmentos de obras creadas en esa ciudad que fue capital europea de la música. Las explicaciones de Carter daban paso a la interpretación de un movimiento de una sinfonía, un vals o una marcha. Siempre con la ayuda de imágenes que se proyectaban en una pantalla, técnicamente muy bien armonizadas y ajustadas al snido por Susana Pacheco, percusionista de la formación. Felipe Aguirre dirigió todo el programa como si de un concierto al uso se tratara, profesionalmente.

Destacable, por genial, la idea de elegir a pequeños compositores de entre el público, a la hora de explicar el dedecafonismo. No se podía haber explicado mejor.

Ansiosos esperamos el nuevo proyecto.

Viena, concierto familiar

Teatre Principal de Palma ( 12-12-15)

***½

Nigel Carter, presentador

Orquestra Simfònica de Balears

Felipe Aguirre, director

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