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Libros

Literatura superdotada

Doce niños y adolescentes mallorquines con altas capacidades intelectuales publican en un volumen los textos que produjeron en un taller de escritura impartido por Rody Polonyi

Texto de Laura, hermana de Marc Polonyi.

Tienen entre 6 y 16 años, y muchos de ellos altas capacidades y superdotación diagnosticada. Es la primera vez que publican un libro y a tenor de las historias recopiladas está claro que cuando se les motiva el resultado es muy rico y sugestivo. Pau Mondéjar, de 10 años, escribió un relato de ciencia ficción sobre robots que vigilan el espacio y que luchan contra un alien que quiere destruir la Tierra. Hasta aquí, la historia no es nueva, pero vista con detalle está plagada de soluciones imaginativas e ingeniosas, como los personajes: el roboabeja, el robobracitos o el robomuelle. "Se me ocurrió todo a partir de unos dibujos que nos pasaron en el taller de escritura y pensé que podrían ser personajes", comenta el joven escritor, acostumbrado a ceñirse en el colegio a las propuestas de redacción cerradas de los profesores. Pau es uno de los 15 niños que entre el pasado mes de abril y junio cursaron en las instalaciones del colegio Ágora el taller literario impartido por el guionista y escritor mallorquín Rody Polonyi, una actividad coordinada por la Asociación Balear de Superdotados y Altas Capacidades (ABSAC).

Una de las premisas para impartir el curso fue alejarse de los patrones de la escuela. "Busqué que fuera algo más abierto y entretenido. Comencé preguntándoles qué creían que necesitaban para escribir una historia", señala Polonyi, que dividió a los niños en dos grupos, de 6 a 11 años y de 12 a 16. "Lo que me interesaba era darles las herramientas para que se dieran cuenta de que con ellas pueden contar historias que funcionen e interesen a los demás", comenta. Trabajaron sobre chistes, rimas e inventaron finales nuevos para los refranes de siempre. "A mitad de curso, cada uno de ellos emprendió su propio camino con los textos y empecé a potenciar de manera individual lo que estaban escribiendo", explica Polonyi, quien calcula que más del 50% de los alumnos del taller son superdotados o tienen altas capacidades.

Dar rienda suelta a la propia imaginación y a la capacidad de narrar una historia o hacer de crítico honesto con los textos del resto de compañeros de curso ha supuesto una nueva manera de trabajar para estos jóvenes que a veces se sienten frustrados en clase. A Pau Mondéjar le ha encantado la experiencia, tanto que asegura que a veces tiene ideas para relatos y que es muy posible que los vaya escribiendo si tiene tiempo. "Me fascinó el hecho de que pudiera escribir lo que quisiera y que no hiciera falta que mirara con lupa las faltas de ortografía", confiesa a este diario. "Para mí, lo más importante es que se entendiera la historia que estaba contando", añade. Entusiasmados con el curso también están los hermanos Laura (8 años) y Marc Polonyi (6), hijos del guionista que impartió el taller. Laura es la autora de Guerra de mundos, una historia en la que cobran vida los juguetes de su casa, enfrentados en una lucha encarnizada protagonizada por un líder bueno y otro malo. "Me gustan las aventuras y las cosas emocionantes y graciosas, odio el aburrimiento", relata la pequeña, quien inventó una serie de armas para cada bando. "Tenía esta historia en mi cabeza y no la podía contener. Si no la escribía, me iba a explotar la cabeza", agrega la niña de 8 años. A pesar de disfrutar con la escritura, Laura confiesa que lo suyo es cantar. "Quiero ser cantante; por la noche pienso las letras de lo que podrían ser mis canciones y no me puedo dormir", comenta.

Su hermano Marc -dos años menor- lamenta que en el colegio no haya libertad a la hora de escribir redacciones. "Aquí he podido ser creativo", celebra. Su historia partió de una rima y acabó siendo el relato del Tortillo Vaneso, "que se convirtió en una estrella de teatro".

Liberarles del corsé de la ortografía y otros aspectos formales "les ha llevado a otro nivel más elevado con la narración de las historias, pues se entregan más a la creación", explica Polonyi, quien escribe en la solapa del libro autoeditado: "El taller de jóvenes escritores de Mallorca busca que cada uno de los participantes pudiese encontrar su propia voz interior, ya que la escritura creativa, más que un fin en sí mismo, es un medio para alcanzar un punto de vista único", un aspecto que entronca a la perfección con la especificidad de los niños superdotados. De la quincena de alumnos del curso, se decidieron a participar en el volumen 12 autores. Además de los tres mencionados, hay textos de Marc Adrover, Lluc Aguiló, Javier Angosto, Pablo Angosto, Guillem Landa, Damián Llompart, Andreu Mercadal, Xavi Tur y Jaume Vidal.

De izq a dcha, los hermanos Marc y Laura Polonyi, junto a Pau Mondéjar, detrás Rody Polonyi y la madre de Pau, Neus Morlà, en Literanta. B. RAMON

Tanto para el guionista como para la madre de Pau Mondéjar, Neus Morlà, es importante darles a los niños con altas capacidades -con probabilidades de experimentar aburrimiento en el aula- "armas y herramientas para que se integren con el resto". "Pero también mecanismos para que puedan desarrollarse y no caer en la frustración", propone la escritora madrileña Lea Vélez, autora del prólogo del libro y maestra de ceremonias de su presentación oficial, que tendrá lugar hoy, a las 20 horas, en Literanta. La también guionista pertenece a la Asociación Española para Superdotados y con Talento y tiene dos hijos con altas capacidades. "Son chicos con una sensibilidad especial que necesitan mucha ayuda y actividades que les den salida intelectual, como el taller que se ha impartido en Palma", sostiene Vélez, que fue una niña con superdotación. "El sistema educativo debería ser más flexible y asegurarles una verdadera adaptación", concluye.

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