Patrimonio paralizó ayer una remoción de tierra en la finca de Son Cabrer tras haber detectado en la superficie fragmentos de cerámica posiblemente de época prehistórica.

El responsable del área, Biel Cerdà, explicó que tras recibir la llamada anónima de un vecino que denunciaba los movimientos de tierra en una zona arqueológica sensible –enfrente está el yacimiento romano y talayótico de Son Espases y cerca pasa la Síquia de´n Baster–, envió un técnico a la finca, perteneciente a Bartolomé Cursach, para analizar la situación. "El inspector decidió paralizar inmediatamente los trabajos por seguridad, pues hay indicios de que pueda tratarse de un yacimiento talayótico", declaró Cerdà. El director insular sustentó sus palabras en una documentación escrita de finales del siglo XIX que testimonia la existencia de un poblado talayótico en la zona de Son Cabrer que quizá comunicaría con una zona de Son Espases datada en la misma época.

Cerdà aclaró que en la finca, situada entre el Camí dels Reis, la carretera de Valldemossa y el solar del hospital, se estaba extrayendo tierra para trasladarla a otro terreno que el empresario posee en Puntiró, en la carretera vieja de Sineu.

El departamento del Consell está comprobando si los trabajos contaban con licencia municipal. "Al ser propiedad privada, el dueño es el que debería presentarnos un proyecto de excavación arqueológica. Si no es así, allí no puede realizar ningún tipo de obra. No puede volver a suceder lo mismo que en Son Espases", refirió Cerdà.

Del proyecto para construir el hospital en Son Espases –donde se extiende un asentamiento romano– realizado por el Govern de Jaume Matas, se deducía la necesidad de adquirir o expropiar un fragmento de la finca de Son Cabrer, en la que también han aparecido restos de probable valor patrimonial.