Tras aglutinar los esfuerzos de profesionales del sector y directores de centros dependientes de la dirección general de Cultura, la conselleria de Bàrbara Galmés ha confeccionado un listado con los documentos y piezas de patrimonio histórico más significativos de cuantos abandonaron en su día el archipiélago.

La relación, hecha pública a raíz de una pregunta del diputado popular Josep Simó Gornés, supone el primer paso en el plan de lucha contra el expolio para evitar la salida, descontextualización y destrucción patrimonial propuesto por el Parlamento autonómico. "Hay piezas que están conservadas en buenas condiciones y tienen además visitantes", apuntó Pere Joan Martorell, a quien preocupan más las que pueda haber en manos privadas, no incluidas en una relación que anuncia como prácticamente definitiva.

"Pueden faltar algunos ítems, pero ya tenemos un resumen de lo más importante", señaló el director general, que destaca entre todos los Bous de Costitx, custodiados en el Museo Arqueológico Nacional, y las armas y cimera del Rey en Jaume, integradas en el fondo de la Real Armería de Madrid, que podrían instalarse en régimen de cesión en el remozado Museu de Mallorca.

"Sería el lugar idóneo", admite Martorell, que ha obtenido en ambas solicitudes un sí condicionado a una exposición acorde, en seguridad y conservación, al valor de las piezas. Además, el director general confía en que "si queremos organizar una muestra con motivo de la apertura del nuevo museo de Eivissa el año que viene, no haya problema en que nos cedan algunas piezas, pues forma parte del intercambio que se da siempre entre instituciones", apunta.

El listado incluye 40 elementos, entre piezas y colecciones, distribuidos en diecinueve museos, laboratorios, archivos y universidades españoles y ocho centros del extranjero, a saber, el Museo Arqueológico de Cambridge, donde se conservan cerámicas pretalayóticas procedentes de la cueva de Ariant, en Pollença; el Ashmolen Museum de Oxford, el Museo de Bellas Artes de Boston y el Metropolitan de Nueva York, que dan cobijo a objetos originarios de Eivissa; así como la Biblioteca Nacional de Francia y la Hispanic Society of America, donde se encuentran una Cabeza de Tiberio, un Mercurio y un guerrero procedentes de Menorca.

El fondo del Arxiduc Lluís Salvador, localizado en el Archivo Nacional de Praga, y varios documentos de la cancellería de la Corona de Menorca, distribuidos entre París, Montpellier y Perpiñán, se incluyen también en un inventario de salidas en el que llama la atención la ausencia de los bronces del depósito de Lloseta, hallados por casualidad en 1898 y datados en el año 1000 antes de Cristo, que ocupan una decena de vitrinas del Museu Arqueològic de Barcelona.

"Deberían añadirse", admite Martorell, quien baraja la posibilidad de que se trate de un error o de que los técnicos optaran por eludirlos por su menor valor. Esta posibilidad es, no obstante, refutada por Gornés, que atribuye al conjunto, que incluye un espejo, un pectoral, una brida, una diadema, un cintillo y una punta de lanza, "tanto valor arqueológico como los Bous de Costitx", en tanto que incluye "toda la panoplia o armería de élite de la época".