La construcción de telescopios extremadamente grandes constituye en la actualidad la principal prioridad en el ámbito de la Astronomía. En esta carrera, la ESO (Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral) ha diseñado el proyecto más ambicioso hasta ahora concebido en el mundo: el E-ELT (European - Extremely Large Telescope), con un presupuesto de 1.000 millones de euros y ocho años para su construcción. Sólo falta decidir el emplazamiento de este macrotelescopio, que contará con un espejo primario de 42 metros de diámetro -el más grande que existe en estos momentos es el Grantecan, de 10,4 metros de diámetro-, que debe reunir unos requisitos de excelencia astronómica, una decisión en estos momentos se debate entre tres candidaturas: La Palma, Chile y Marruecos, aunque las quinielas se decantan por un duelo final entre Chile y La Palma.

En Chile, la ESO ya tiene dos observatorios (Paranal y La Silla) y en estos momentos se estudia la viabilidad de dos emplazamientos en el desierto de Atacama (Armazones y Ventarrones); y en el caso de La Palma se estudia el observatorio del Roque de Los Muchachos. Ambos espacios cumplen las condiciones mínimas de excelencia en cuanto a la calidad de sus cielos, por lo que los estudios analizarán con lupa los pros y contras de cada candidato.

Una desventaja clara de Chile es el tema de la sismicidad. En dicho país hay terremotos todas las semanas y, aunque son de una magnitud media en la mayoría de los casos, sin mayor implicación para la vida normal, para la construcción de un telescopio de las características del E-ELT, cuya estructura pesa cinco mil toneladas y contará con mil espejos montados, las pequeñas vibraciones pueden afectar a la instrumentación e interrumpir las observaciones celestes.

Aspectos en contra y a favor

En contra de La Palma está la posibilidad de calima, aunque también hay que destacar que en Chile cada vez son más numerosas las minas de cobre al descubierto que generan también una especie de calima o efecto similar.

Así lo ha manifestado Jesús Burgos, gerente de Proyectos Institucionales del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), quien asegura que el tema de la calima es secundario porque no afectaría tanto al tiempo disponible del telescopio.

Otro de los puntos a tener en cuenta es que España, y por tanto La Palma, tiene una fluctuación económica de su moneda, el euro, mucho más estable que la moneda de Chile, lo que tiene sus implicaciones en los presupuestos de operación del telescopio.

La opción de la Palma también permite que la gente "duerma en casa" trabajando, conciliando la vida personal con la profesional, algo no posible en Chile, donde estás en pleno desierto. "Hay un gran proyecto de infraestructura para la subida y bajada de agua, una residencia, una comunidad astrofísica... Esta opción permite combinar operación en telescopio con una sede a nivel del mar, como hacen GTC, ING, y otros operadores de telescopios en La Palma", defendió el investigador junto a otros aspectos logísticos como la diferencia horaria de solo una hora con la sede de ESO en Alemania, los viajes de personal de ESO de Europa a La Palma serán más económicos y más cómodos que a Chile... "En definitiva, La Palma ofrece una opción de mayor calidad de vida para la operación del E-ELT".