En una entrevista con Efe, como nuevo presidente del Consejo de la ESA, un cargo que compaginará con el de director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que ejerce desde 2004, Lucena dijo que, en su opinión, "uno de los grandes desafíos" de la Agencia Espacial Europea en los próximos años es garantizar que "los Estados miembros aprueben o modifiquen formalmente los esquemas de incentivos conforme a los cuales se deciden los proyectos a lanzar y que luego se gestionan".

"Deberíamos conseguir que los grupos de trabajo que inicialmente proponen misiones científicas o tecnológicas, más los equipos técnicos que a continuación ejecutan junto con las empresas las misiones, tengan incentivos que premien a los que cumplen en plazo, coste y calidad, y que penalicen a los que no lo cumplen", afirmó.

El nuevo presidente del Consejo de la ESA, un cargo que este economista barcelonés ejerce desde el pasado 1 de julio, y cuya duración es de dos años con posibilidad de prórroga otro año más, admitió que, "en los últimos lustros los sobrecostes en la Agencia Espacial Europea han sido más frecuentes de lo que deberían haber sido" y se refirió en concreto a Galileo, a los programas de lanzadores de cohetes y a las misiones científicas de exploración.

"Esta tendencia ha sido bastante la regla, cuando debería haber sido la excepción", matizó el presidente del Consejo de la ESA.

Otro de los retos próximos que debería plantearse la ESA, según Lucena, es el de "la definición de forma precisa" de los roles concretos de la Unión Europea (UE) y la Agencia Espacial Europea en política espacial.

"Creo que la UE debería decidir y proponer los programas mientras, que la ESA tendría que gestionarlos y ejecutarlos; eso está ya bastante asumido, pero falta precisarlo completamente".

Respecto al programa de navegación por satélite Galileo, una iniciativa de "importancia capital", según Lucena, éste dijo que se mostraba "optimista" respecto al desenlace final del mismo, después del elevado protagonismo que se le ha otorgado a la ESA para "llevarlo a buen puerto", aunque reconoció, no obstante, que su desarrollo se ha visto acompañado de "muchos obstáculos y traspiés".

Por otra parte, continuó, la definición de las futuras misiones científicas y de exploración, así como el debate sobre el denominado "principio geográfico" (aportaciones-retornos) son otros de los grandes retos próximos en la ESA.

En opinión de Lucena, "habrá que matizar o discutir cuál es el futuro del denominado principio de retorno geográfico, por el que se garantiza a los Estados miembros de la ESA que reciben en forma de cargas de trabajo industrial un volumen igual a la aportación financiera que realizan a la Agencia".

En su opinión, este principio ha sido "bastante exitoso", pero habrá que discutir su evolución; aunque no se prevén cambios en los próximos tres años, sí son posibles ciertas matizaciones, añadió.

Actualmente, prosiguió, no existe unanimidad entre los Estados de la Agencia; unos son partidarios de abrir "un poco la mano", asegurando cierta flexibilidad para que se suavice "ese principio de tanto aporto tanto consigo como carga industrial".

Otros, añadió, "entienden de forma legítima que, si este principio se suaviza, desaparecerán los incentivos de los Estados miembros en sus contribuciones a los presupuestos a la ESA".

En materia presupuestaria, Lucena anunció que, en un próximo Consejo ministerial de la ESA, el próximo mes de noviembre, los ministros del Espacio de los Estados miembros determinarán los marcos presupuestarios y programáticos de los próximos años.

"En esta ocasión existe un grado mayor de incertidumbre por la caída de la actividad económica en todo el mundo".

Sin embargo, concluyó, "eso necesariamente no tiene que perjudicar los presupuestos de la Agencia, porque los países, en general, consideran la actividad espacial como algo muy interesante para la promoción de sus intereses nacionales, y esas partidas para el espacio suelen estar bastante blindadas".