Las habituales luces blancas de algunos de los miles de rascacielos con los que cuenta la metrópoli china, unos 300 de ellos en su distrito financiero, de aspecto futurista, podrían transformarse en azules, amarillas, naranjas y rojas, según el tiempo que vaya a hacer en la ciudad o la gravedad de la alerta.

Tang Xu, director del Buró Meteorológico de Shanghai, propuso como uno de los candidatos al rascacielos Guanghui Guangchang (conocido en inglés como Grand Gateway), de 262 metros de alto y 52 pisos, situado en la concurrida zona comercial de Xujiahui, ya que sus luces son muy brillantes y se ve a distancia.

La medida se unirá a las pantallas de televisión en la calle, los avisos por mensaje de texto al teléfono móvil o la línea telefónica, que hasta ahora sirven para avisar a los habitantes de la ciudad de las alertas meteorológicas.

Shanghai puede aprovechar de esta manera su creciente colección de rascacielos, entre los que se encuentran el tercero y el sexto más altos del mundo: el Centro Financiero Internacional Shanghai Hills (de 101 pisos y 492 metros de altura, que será terminado este año) y la torre Jin Mao (de 88 pisos y 420,5 metros).

El verano de Shanghai es muy traicionero para sus vecinos, ya que las altas temperaturas y su gran humedad provocan alertas de calor, pero al estar situada a pocos cientos de kilómetros del corredor natural de tifones que pasa por la vecina provincia de Zheijiang, también suele sufrir alertas por lluvias torrenciales y vendavales.