Esta es una de las conclusiones del "Informe España 2008. Una interpretación de su realidad social" de la Fundación Encuentro, hecho público hoy, que asegura que "hablar de una España húmeda sería equivalente a decir que las orillas del Nilo son el 'Egipto húmedo'".

Según datos de la Universidad de Yale (Estados Unidos) mencionados en el informe, España ocupa el puesto 14 de un total de 146 países con más tensiones entre oferta y demanda de agua y, sin embargo, son más de trece los países cuyos recursos hídricos per cápita son menores que los nuestros.

Pone de relieve que el cambio climático agravará el estrés hídrico en nuestro país, ya que los recursos hídricos podrían disminuir entre un 5 y un 14 por ciento en 2030 teniendo en cuenta el escenario más optimista (aumento de un grado la temperatura y un 5% menos de precipitaciones).

El informe hace un análisis de la distribución de las precipitaciones en España y concluye que "no parece conveniente definir como España húmeda la mitad norte de la Península, ya que en muchos casos se trata de territorios surcados por ríos caudalosos, pero en su entorno no tienen una reserva de agua significativa".

Los autores creen que se deben orientar los usos del agua en consonancia con los verdaderos recursos, "que son realmente muy inferiores a los que las posibilidades técnicas nos han hecho creer en el pasado".

En cuanto a la calidad de las aguas, el informe advierte de que los niveles de salinidad y fósforo son "realmente preocupantes" y señala que de una lista de 112 países, sólo 13 cuentan con un agua de peor calidad en sus cauces -medida en términos de demanda biológica de oxigeno (DBO)-.

El consumo de agua per cápita se ha reducido a partir del año 2000 y mientras en las comunidades autónomas que rodean al Ebro ha disminuido "de manera considerable", especialmente en La Rioja (-22,1 por ciento), en Asturias y Galicia ha crecido "de forma contundente" (19,6 y 18,1 por ciento, respectivamente).

El informe destaca que no existe convergencia en el consumo entre las diferentes comunidades autónomas y tampoco que las que tienen menor dotación de agua tiendan a controlarlo.

Este hecho, "debería llevarnos a reflexionar sobre la percepción de escasez en determinadas áreas geográficas y sobre las políticas que fomenten un menor consumo consecuente con la situación".

El precio del agua se ha incrementado, en términos generales, a partir del año 2000, aunque el aumento difiere mucho entre autonomías.

Así, mientras que en Navarra aumenta más del 70% y en La Rioja más del 80%, el País Vasco es la única comunidad en la que desciende y, además, de manera significativa (-35,82%), y en Canarias y Extremadura apenas se modifica.

El estudio pone de relieve que el mecanismo del precio no se ajusta a la demanda, ni a la oferta, "con lo que no parece un elemento relevante en estos términos".