Se espera que de este encuentro salga la Hoja de Ruta de Bali, que fijará las bases de la negociación y determinará la fecha límite para alcanzar en el 2009 un nuevo acuerdo para frenar y afrontar el calentamiento global.

Los asuntos que centrarán el debate serán los mecanismos de adaptación, mitigación, cooperación tecnológica y financiación de la respuesta al cambio climático.

A la conferencia, la cita medioambiental más importante en lo que va de siglo, acudirán más de 10.000 delegados, activistas y periodistas de todo el mundo, entre los que estarán decenas de ministros de Medioambiente y Finanzas, además del premio Nobel de la Paz, Al Gore, y el secretario general de la Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

El secretario ejecutivo de la UNFCCC, Yvo de Boer, manifestó en una conferencia de prensa celebrada ayer que "una parte importante de la solución es accesible hoy en día, lo que hace falta es voluntad política".

"La gran pregunta para mi es: Señores Ministros, ¿cual es su respuesta política a lo que la comunidad científica les está diciendo con tanta claridad?", añadió De Boer.

El secretario de la UNFCCC también se felicitó de que tanto Europa como EE.UU. estén dando muestras positivas sobre su actitud frente a la problemática, y se felicitó del compromiso de la UE de reducir sus emisiones en un 20% para el 2020 y del mensaje del Estado de la Nación de Bush en el que reconocía que el calentamiento global necesita de una respuesta global.

La ONU quiere que se fije una fecha límite para la aprobación de un nuevo acuerdo sobre cambio climático, que debería estar finalizado el próximo 2009, para que los países tuvieran tiempo de ratificarlo antes de que se acabe la vigencia de Kioto.

La comunidad internacional estará pendiente en Bali de los grandes países industrializados no firmantes de Kioto, como Estados Unidos y Australia, que podrían usar esta cita para unirse al resto en la lucha contra el calentamiento global.

También los países en vías de desarrollo estarán en el punto de mira, por un lado aquellos con mayores extensiones de selvas, que tratarán de obtener el compromiso de los países desarrollados para que financien su conservación y por otro las economías crecientes de Asia, como India y China, que en los últimos años han incrementado enormemente sus emisiones de gases invernadero.