Rafael Souza, un sargento que se encontraba fuera de servicio, acudió a una farmacia de Sao Paulo (Brasil) junto a su hijo pequeño y su mujer.

Cuando su mujer estaba siendo atendida en el mostrador, entraron unos ladrones al establecimiento. Nada más anunciar que iban a efectuar un robo, el agente se identificó y mostró su placa a los delincuentes, mientras sostenía a su bebé en brazos.

Según relata Rafael, uno de los ladrones le apuntó con un arma. Acto seguido, y con su bebé en brazos, el agente lanzó cuatro disparos contra los delincuentes.

Inmediatamente después de los disparos, la mujer corrió a agarrar a su bebé.