A veces el tiempo se para, se suspende. Como cuando te enteras de que una compañía de teatro como La Impaciència va a llevar a escena una historia sobre ETA. Al mismo tiempo que dejas de respirar te inunda el optimismo: si unos tipos talentosos, que han facturado montajes a menudo tan ambiciosos como satisfactorios, se han quedado fascinados con esa historia, solo pueden suceder cosas notables, puede que prodigiosas.

He visto ballenas es un cómic duro, muy duro. El trasfondo es ETA, pero el primer plano no son más que personas. Su autor, el vasco Javier de Isusi, recibió en 2015 las nominaciones a mejor obra en dos citas de máximo nivel como el Festival de Angoulême (Francia) y el Salón del cómic de Barcelona. Xavi Núñez, director de He vist balenes y autor de la dramaturgia, responde a este cuestionario.

EL DESARME ANUNCIADO POR ETA JUEGA A FAVOR DE NUESTRA OBRA”

-A mediados de marzo ETA anunció que entregaba las armas. ¿Modificó en alguna medida planteamientos o contenidos de vuestra obra?

-No. De hecho, Cumellas dijo: “Ahora solo nos queda relajarnos, escuchar y hacerlo todo como lo teníamos previsto”. Creo que incluso juega a nuestro favor. Además, el último día de función en el Principal [el sábado] coincide con la fecha anunciada para iniciar el desarme.

-Siempre se ha dicho que en España se escribe, se reflexiona y se ficciona muy poco sobre la actualidad. Pero mirando la cartelera teatral de Madrid o Barcelona eso parece cierto en cine, pero no en la escena. ¿El teatro siempre va por delante?

-Puede ser. Es una cuestión de herencia que en España nunca se haya querido hablar de según qué tema como la Guerra Civil o ETA. En cine se ha hecho alguna cosa, como La pelota vasca, que creo que generó tanto ruido porque eran entrevistas reales. En ficción se perdona más, y en teatro sí ha habido más riesgo. Es un conflicto más de herencia que de miedo.

-¿Preocupado por si alguien interpreta una obra sobre ETA como apología del terrorismo?

-No me lo he planteado hasta que me lo han preguntado en entrevistas. Pero no creo que suceda, porque Isusi ha hecho un planteamiento muy inteligente en su cómic: no hay alegatos, solo personas a las que les pasan cosas, aunque obviamente de una intensidad muy notable. Estamos en una sociedad en la que hay mucha libertad pero también mucha censura, tanta como hace muchos años que no sucedía.

-En esta obra todo son retos: adaptar un cómic con escaso texto, el contenido mismo y también que los todos intérpretes encarnan a varios personajes.

-Ha sido una mezcla extraña. Lo he vivido de manera muy plácida pero también con mucha presión en el interior de mi casa. Esta obra es una montaña de retos. Para que no me superara he recurrido mucho a la forma teatral del “menos es más”. Y luego está el tema de la tensión dramática: en un cómic es enorme. Giras una página, pasas una viñeta y pueden suceder cosas tremendas. Llevar eso a la narrativa teatral, a priori más pausada, adaptar esa tensión dramática era un gran reto que hemos resuelto entre todos. He disfrutado de un equipo de actores-creadores a los que podía dar herramientas para que ellos hallasen soluciones.

-¿Por qué La Impaciència y no otros?

-Fue al revés, ellos me escogieron. Salva es un gran lector de cómics, redescubrió el libro y se fascinó. Dijo “hay que llevar esto al teatro”. A través de Norma Còmics se contactó con Isusi y, junto con Rodo fueron a Plasencia, donde él vive. Este alucinó cuando descubrió a unos mallorquines que querían adaptar su obra. Ya de vuelta, faltaba una actriz y un director. Todos sabíamos que ella tenía que ser Clara, y cuando a mí me lo propusieron y leí el cómic, me cautivó. Me lancé, yo solo. Con la ventaja de que entiendo el lenguaje del cómic y de que soy actor y un hombre del teatro. Salva tradujo el texto, y yo escribí la dramaturgia en un solo día. Aún estoy viendo el cómic abierto a un lado y mi ordenador encendido al otro, todo preparado para tirarme de la moto. Hicimos la lectura de esa dramaturgia y me la aceptaron. Todo lo que escribí aquel día se ha mantenido.

-En tu adaptación del texto de Isusi hay incluso humor. Cuando vi Burundanga de Galcerán y Casanovas pensé “si se puede hacer humor con ETA es que las cosas están cambiando para bien”.

-Ya han pasado suficientes años como para poder hacer humor. No reírse de ello, pero sí hacer humor.

-Un apunte local para acabar: la actriz y dramaturga Marta Barceló señaló directamente al Consell, en el que residen las competencias en Cultura, como principal culpable de la precariedad del sector cultural en general y teatral en particular. Incluso habló de boicot.

-Estamos solos. El Consell no existe. Las pocas ayudas que dan están mal repartidas, hablando desde el conocimiento que tengo a través de La Impaciència. Tenemos que crear monstruos con nada de dinero. Marcamos precedentes que no deberían existir. Los políticos no entienden que este producto, la cultura, genera beneficios a 25 años vista.

La Impaciència presenta: He vist balenes, de Javier de Isusi. Traducción: Salvador Oliva. Dramaturgia y dirección: Xavi Núñez. Con Jordi Cumellas, Clara Ingold, Rodo Gener y Salvador Oliva. Teatre Principal (Riera 2A), jueves y sábado a las 20 h., 15 €.