Retrato: Juan Perez-Fajardo (The Fly Factory)

Fotografía adicional y montaje: Víctor Alonso y Quema por dentro

No son un supergrupo, sino un grupazo. Corizonas surge de la unión de integrantes de los históricos Los Coronas con los muy valorados “jóvenes” de Arizona Baby. El resultado es rock&roll, surf, aires sureños, pop y una nueva amplitud de miras en su segundo disco, Nueva dimensión vital (Subterfuge 2016) que sirve de segunda presentación habida cuenta de que su personalidad como banda ha crecido admirablemente. Si cabe, hora son más Corizonas que antes. Javier Vielba, cantante, guitarrista, principal compositor del grupo y también productor del disco, contesta a este cuestionario.

*Sopas mallorquinas y Diario de Mallorca sortean seis entradas individuales para la fiesta Red Maraca: Corizonas + Hattori Hanzo Surf Experience + Ombra + Maadraassoo + Nobisaki, que se celebra el sábado en la sala La Red. Las ganarán las seis primeras personas que envíen un mail a sopasmallorquinas@gmail.com con el asunto “Vaya cartelazo tiene la fiesta Red Maraca”.

“EL DISCO ES VITAL Y OPTIMISTA AUNQUE INCLUYA AMARGURA”

-Supongo que lo que hay que esperar de un supergrupo son supercanciones.

-(ríe) ¿Nos las hay? ¿Alguna objeción? Lo intentamos, pero nunca quisimos o intentamos ser un supergrupo.

-Nueva dimensión vital

-Eso sí, sin duda. El disco es una catarsis, una terapia de grupo. Son nuestras preocupaciones y anhelos. Y es un disco y vital y optimista, aunque incluya puntos de amargura.

-Para declaración de intenciones, el videoclip de esa misma canción. Una idea sencilla pero muy ingeniosa y contundente.

-Ahí sí hemos querido ser superhéroes (ríe). Estamos enormemente orgullosos del clip, para el cual nos inspiramos en la ciencia ficción, en series como Ulises 31.

-Sigue habiendo aires sureños pero se detecta mayor registro rocanrrolero. ¿Puede decirse que este disco es más Corizonas que el primero?

-Sí, buscamos que primase más nuestra personalidad. Es más aperturista, y tiene más rock&roll y sensibilidad pop, entendiendo el pop desde los Beatles a Nirvana. Aunque quisiera desmarcarme de lo de “rock sureño”: hacemos rock norteño porque somos mesetarios. Nos gusta el imaginario de Lynyrd Skynyrd y series como Sons of anarchy, pero no por llevar sombre de vaquero haces rock sureño, como no por llevar un sombrero peruano haces rock andino.

-Es inevitable plantearse si trabajar con miembros de grupos con tantos años de carrera como Sex Museum o Los Coronas acaba generando una dinámica tipo hermano mayor-hermano pequeño.

-No es nuestro caso. Trabajamos muy de tú a tú. Aunque como productor, guitarrista, cantante y escritor de canciones me he echado la mayor parte del trabajo sobre mi espalda y el grupo de ha dejado llevar. Ha sido un reto pasarlo casi todo por mi filtro y que el resto del grupo lo haya aceptado.

-Sobre los mecanismos de creación: ¿quién se ha adaptado a quién?

-Como decía, han primado mis filtros. Medio disco lo teníamos escrito, y la otra mitad son ideas, riffs que los compañeros iban trayendo y sobre los que yo he trabajado después. También hay material escrito en plan cantautor, yo solo, en el que te pegas mucho a lo que marca la letra. Al final lo que queda son las canciones de un solo grupo que reflejan muchas facetas.

-Escribís y reflexionáis sobre el mundo y sobre la persona. Por tanto, no debéis ser especialmente felices.

-No te creas. De Kurt Cobain se decía que debía ser un hombre amargado que vivía en un pozo de desesperación, con canciones como Rape me o Pennyroyal Tea, pero los que le conocían cuentan que era muy jovial e ingenioso, que hacía chistes… Ser feliz te ocupa mucho tiempo, y es cuando no te sientes tan contento con todo cuando recurres a la guitarra. Acudes a las canciones para llorar o sentirte mejor, para sentirme más equilibrado. El aburrimiento es buenísimo para el equilibrio mental. Yo empecé a tocar la guitarra porque me aburría.

-Neil Young: “Llevo 45 años escribiendo canciones. Y, en general, no ha tenido mucha repercusión. Una canción sólo trata los síntomas, cuando ya es demasiado tarde, cuando ya ha muerto gente”. ¿Buscáis despertar algo en la conciencia del oyente o sois conscientes de que por mucho que reflexionéis la cosa no va a salir del salón de vuestra casa?

-El disco tiene elementos de canción protesta pero también de sacar a la palestra la luz cotidiana, personal, sin más. Por ejemplo, Místicos en éxtasis no es solo una crítica a la política como parece entender la mayoría, sino una celebración de la mística de mi adolescencia en un barrio de Valladolid. Porque como decía Machado, “hasta que la canta el pueblo, las coplas, coplas no son”. También me lleva a pensar en lo que decía Nina Simone: “El deber del artista es dar testimonio de su realidad”. Espero que cuando yo no esté esto que escribo siga circulando por ahí. Otra idea que me viene a la mente: que 1984 haya pasado del estante de ciencia ficción al de historia contemporánea. Hacemos canciones por salir de nuestro salón o de nuestra barra de bar, sin pretender prescribir sino describir, sin intentar decirle a nadie lo que tiene que pensar.

-En España la música es oficio de sordos. Músicos que piensan, músicos humanistas: peligro. Si Trump se presentara a presidente del gobierno en España, ningún artista se posicionaría.

-Es España hubo una guerra civil y la gente tiene miedo a expresarse.

-Pero eso, generacionalmente, a ti no te ha tocado.

-Pero sí a mi familia, de pleno. Esto es ver, oír y callar. Es un país de ninjas, donde nadie quiere que le vean. Nos falta mucha educación democrática. Y hay que hablar desde la cátedra, no desde la trinchera, abandonando la guerra de zascas que parece primar.

-Pregunta para el letrista: ¿qué lees?

-Leo menos de lo que me gustaría y debería. Ahora es inevitable, liado con tantas cosas y con menos tiempo para dedicarle a ello que cuando estudiaba la carrera de Filología. He leído mucha divulgación y antología, al igual que en música siempre he sido muy de recopilatorios. No me meto a fondo o de manera exhaustiva en la obra de nadie. Me gusta mucho la ciencia ficción, lo fantástico, gótico, y la literatura que tiene que ver con la música, así como la cultura trash y también el humor, sobre todo el de norteamericanos como Bill Hicks o George Carlin.

-Supongo que totalmente de acuerdo con el Nobel de Literatura para Dylan.

-Es que ni siquiera entendía la polémica. La canción y sus letras es un género literario, así como la poesía tiene ritmo musical. A otros como Churchill le dieron le Nobel por sus discursos.

-Todos tenéis muchas tablas, pero compartir escenario con gente de Los Coronas, que se las saben absolutamente todas, debe ser un privilegio.

-Es fantástico. Es una maravilla ver cómo resuelven cualquier problema con una mínima vuelta de tuerca, cómo esos pequeños errores del directo como salirse de una nota o del compás los solventan con una pequeña pirueta. Es un momento de jazz loco.