Puede parecer que la jubilación es un periodo para tomárselo con calma. Pero, según los expertos de Harvard no hay que ponérselo demasiado fácil. Para un mayor bienestar es necesario mantenerse activos.

Tras la jubilación, pasamos de una gran cantidad de obligaciones a casi ninguna, por lo que hay que enfrentarse a algunas dificultades como la creación de una nueva rutina.

La jubilación también puede venir con cambios en su relación de pareja. “Si no estamos acostumbrados a estar todo el tiempo con nuestra pareja en casa, tiene que haber una reestructuración” explica el Dr. Michael Craig Miller, profesor de psiquiatría de la escuela de medicina de Harvard. La pareja pueden necesitar un tiempo para adaptarse a las nuevas circunstancias y aprender a disfrutar de pasar más tiempo juntos.

Al retirarnos, esperamos tener más tiempo libre, pero ¿para qué? Hacer demasiado, o demasiado poco puede conducir a padecer síntomas como ansiedad, depresión, pérdida de apetito, pérdida de memoria e insomnio.

La investigación sugiere que el compromiso social es tan importante para la salud como el ejercicio y una dieta saludable. Apuntarse a clases, hacer un voluntariado una vez a la semana o estudiar algo que siempre nos haya interesado pueden ser buenas opciones.

El Dr. Miller explica que crecemos y mantenemos nuestros cerebros activos al estar comprometidos con las cosas que nos suponen un desafío. Sea lo que sea que elijamos, es importante que no sea demasiado fácil o demasiado difícil. “El punto clave es hacer algo que nos suponga un reto que nos ayude a sentirnos vivos”, concluye Miller.

En nuestra opinión, es uno de los momentos de la vida más delicados para aquellas personas acostumbradas a trabajar muchas horas e incluso hacer de su trabajo su hobby. Un cambio vital de tal envergadura debería idealmente ser planificado con tiempo, de tal manera que como vayamos a estructurar el día después de la jubilación sea similar o equivalente a lo que estábamos acostumbrados.

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