Los problemas de sueño son más frecuentes de lo que imaginamos. El 25% de los niños de 12 años duermen menos horas de las recomendables y cada vez hay más pruebas de que esto afecta a su aprendizaje y memoria.

El insomnio, afecta hasta a uno de cada cuatro adolescentes y a uno de cada tres niños en edad preescolar y se asocia con bajo rendimiento escolar, alteración del estado de ánimo, problemas de salud, mal diagnóstico de TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), riesgo de autolesión e incluso ideación suicida, explica el Dr. Stuart F. Quan del Hospital Brigham de Boston, coautor de la nueva guía del sueño la Academia Americana de Medicina.

Para una salud óptima, los niños y adolescentes deben dormir las siguientes horas de manera regular:

  • Los bebés de cuatro meses a un año de edad: 12-16 horas, incluyendo las siestas;
  • Los niños de uno a dos años de edad: 11-14 horas, incluyendo las siestas;
  • Los niños de tres a cinco años de edad: 10-13 horas, incluyendo las siestas;
  • Los niños de seis a 12 años de edad: 9-12 horas;

A continuación, algunas sugerencias para promover un mejor sueño:

  • Evitar que la televisión, los teléfonos móviles, tablets u otros dispositivos electrónicos estén en el dormitorio. Además de distraer a los niños y adolescentes, a menudo emiten luz que retrasan el inicio del sueño.
  • Planificar las tareas, vida social y actividades extracurriculares de forma compatible con un correcto horario de sueño.
  • Limitar la actividad intensa en las horas antes de acostarse.
  • Mantener los mismos horarios de sueño en los días laborables, fines de semana y durante las vacaciones escolares."La adopción de un horario irregular durante las vacaciones de verano significa que será más difícil readaptarse cuando la escuela comienza de nuevo", dice Quan.

El Dr. Dan Combs, profesor asistente de medicina del sueño en el colegio de medicina de la Universidad de Arizona, Tucson, dijo "Dado que cada vez los horarios de los niños están más repletos, especialmente los de los adolescentes, los padres pueden utilizar las directrices para asegurarse de que su hijo tenga la oportunidad suficiente (tiempo en la cama) para obtener la cantidad necesaria de sueño para optimizar su salud”.

El Dr. Carbonell, explica que si a pesar de llevar a cabo todas las recomendaciones, los niños o adolescentes continúan padeciendo problemas para dormir, sería conveniente acudir a un profesional de la salud mental para determinar la causa del problema y poder ponerle solución cuanto antes, minimizando el impacto negativo en su salud.

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