DIARIO de MALLORCA entregará mañana a sus lectores, de manera gratuita, la ruta número 22 de la colección Guía de Excursionismo de Mallorca, un itinerario costero con destino a la necrópolis de Son Real, uno de los monumentos arqueológicos más relevantes de la isla. El recorrido –de dificultad fácil y una duración aproximada de dos horas– también visitará el Illot des Porros y las casas del predio de Son Real.

El itinerario de mañana –propuesto, redactado y fotografiado por el periodista Gabriel Rodas– parte del Hotel Son Bauló, a 12 kilómetros de Can Picafort. Tras cruzar las desembocadura del torrente (ya en la playa, a mano derecha), el excursionista iniciará ruta por una costa virgen que alterna zonas rocosas con sistemas dunares. Transcurrido un cuarto de hora, descubrirá la necrópolis de Son Real, al borde del mar. Desde este punto es posible contemplar toda la bahía de Alcúdia, con el cap Ferrutx como telón de fondo.

Solar funerario desde los tiempos pretalayóticos hasta la Edad Media, la necrópolis de Son Real aún conserva un centenar de sus tumbas, las más resistentes a la implacable erosión del mar. Tras disfrutar de la zona, el itinerario propone reanudar caminata en dirección a las Casas de Son Real, una etapa de media hora que facilitará el encuentro con ovejas, xoriguers y alguna que otra perdiz roja. Antes de llegar a la zona de la possesió también será posible constatar como piaras de porc negre campan a sus anchas por los terrenos de la zona.

Las Casas de Son Real –restauradas por Dani Freixes– albergan un museo y centro de interpretación que ofrece al visitante la posibilidad de descubrir los valores del perímetro. Finalizada la visita, y tras emprender un camino bien señalizado, será posible alcanzar en pocos minutos las ocho estructuras navetiformes que completan el poblado pretalayótico de Es Figueral, excavado en 1965 bajo la dirección de Guillem Rosselló Bordoy y Juan Camps.

Trasinvestigar el poblado y después de dejar atrás las Casas de Son Real (ahora con destino al mar), un nuevo itinerario llevará a los excursionistas hasta el refugio de Son Real, cerca de una torre de enfilación que se levantó durante la Guerra Civil para controlar la bahía. Enfrente, a 65 metros de la costa, emerge el Illot des Porros, 3.000 metros cuadrados antaño testigos de más actividad funeraria. Los más interesados podrán llegar nadando.