Su voz suena fuerte, sin un resquicio para el miedo; sus ojos apenas son capaces de contener las lágrimas. Acaba de conocer que otra chica (suman más de un centenar en este 2009) acaba de aparecer muerta a pocos metros del lugar donde desapareció hacia unas semanas. La historia se repite, recuerda a la de Lilia Alejandra García Andrade, violada y golpeada durante cinco días y finalmente asesinada. Ella fue el origen de la asociación Nuestras Hijas de Regreso a Casa y a ella, a su memoria, acude siempre que le fallan las fuerzas Marisela Ortiz, presidenta de la entidad y en su día, profesora de Lilia. "Murió sólo por el hecho de ser mujer ante la actitud pasiva de un gobierno que prefiere mirar a otro lado". Gracias a su lucha, lo que ocurre hoy en Ciudad Juárez es de conocimiento mundial. Gracias a ella también habrá justicia.

"Llevamos luchando casi diez años y no vamos a parar de hacerlo. No nos conformamos con que se dicte una sentencia condenatoria contra México. Queremos que se haga una reforma estructural, que cambien las cosas y que pare esta situación humillante para siempre", explica con firmeza la activista mexicana. Sabe a ciencia cierta que la Corte Interamericana va a fallar a favor de las familias de ocho mujeres encontradas muertas en el caso conocido como Campo Algodonero. Sería la primera decisión judicial de importancia que se produciría en este sentido. "No ha sido fácil. Ningún abogado de la zona quería arriesgarse a demandar al Estado. Los que lo intentaban, además, eran perseguidos o amenazados de muerte", recalca Emilio Ginés, letrado español, miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española y colaborador estrecho de la asociación.

Ambos ofrecen esta tarde en Palma una conferencia bajo el título Los feminicidios en Ciudad Juárez, una charla enmarcada dentro de los actos programados por el Consell con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, y en la que tratarán de explicar lo que ocurre en esta ciudad centroamericana. "Es una cuestión muy cultural. El machismo en México está muy consolidado y cuenta además con numerosos cómplices". Al igual que en el narcotráfico, "la policía y los políticos también están implicados en estos casos" de feminicidio, termino acuñado por Marcela Largarde y que se entiende como "genocidio contra mujeres".

Desde 1993, y según datos no oficiales, en Ciudad Juárez se ha asesinado de manera impune a 600 mujeres, cifra que no parece vaya a menguar. "Desgraciadamente, pensamos que en cuanto se conozca la sentencia habrá una nueva oleada de crímenes", aventura Marisela Ortiz. "Necesitamos más voces que se unan a nuestra causa. Los medios de comunicación del país ignoran el caso. Ha sido gracias a la prensa española que el feminicidio está teniendo repercusión internacional. A México le hace mucho daño aparecer por estos casos en los medios de todo el mundo", añade Ginés.

No será un camino fácil. Acabar con esta lacra social costará aún mucho años y se hará necesaria la colaboración estrecha del gobierno. Un extremo que desde Nuestra Hijas de Regreso a Casa ven aún como una utopía lejana.