Con media hora de retraso, un acentuado sentido del humor, una verborrea sin límites y de la mano de Carolina Bang, la protagonista de la teleserie Plutón Verbenero, el cineasta y presidente de la Academia Alex de la Iglesia (Bilbao, 1965) se presentó ayer en el Teatre de Vilafranca para arropar el II Festival de Fantasía, Ciencia-Ficción y Terror de Balears, Mallorca Fantàstica (www.mallorcafantastica.com).

El responsable de películas como El día de la bestia, Los crímenes de Oxford y La comunidad, y presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España desde el pasado mes de junio, señaló que aceptó el cargo "porque me lo pidieron muchos amigos de la profesión" y para corregir "la postura escéptica y excéntrica" que siempre ha mantenido "ante cualquier institución pública".

El director bilbaíno estará al frente del mundo del cine durante los próximos tres años, en sustitución de Ángeles González-Sinde, que renunció al cargo tras ser elegida por el presidente Zapatero, para ocupar la cartera de Cultura. Entre sus planes a corto plazo, De la Iglesia señaló su deseo de "mejorar la imagen del cine y hacer de él no algo ajeno, sino cercano a la gente".

"El cine, para que funcione, ha de ser querido, tiene que contar historias que importen a los demás y, así, sí podrá convertirse en una industria más poderosa", añadió.

También dijo que hay que dar "una imagen de unidad", por lo que afirmó que trabaja para que Garci y Almodóvar regresen a la Academia. "Estoy en ello. Me está costando. No es fácil. Los tres estamos convencidos de que hay que dar una imagen de unidad", soltó a regañadientes.

Alex de la Iglesia aseguró que el cine español "está cambiando a mejor" y que 2009 "ha sido un año fantástico". De su discurso de los próximos premios Goya no quiso avanzar mucho, aunque apuntó que "no caeré en el victimismo. Estoy contento y feliz con lo que hago y no lo cambiaría por nada del mundo".

La gala, que será presentada por Andreu Buenafuente –"me debía un favor, por eso se lo pedí"–, volverá a emitirse en falso directo, una fórmula que defendió. "Queremos que los premios Goya sean lo más rápidos y entretenidos posibles. Con treinta minutos de retraso podremos acelerar y elegir mejor a la hora de montar", explicó.

El realizador, que puede presumir de ser el autor de la cinta española más taquillera del 2008, Los crímenes de Oxford, con más de 8,5 millones de recaudación, aclaró que no piensa abandonar su labor como director de cine. Aparcada La marca amarilla, una historia basada en el cómic de Edgar Pierre Jacobs, una coproducción española, inglesa y francesa para la que fichó a actores como Kiefer Sutherland y Hugh Laurie (el doctor House) pero que ha tenido que posponer por problemas de financiación, se centra ahora en Balada triste de trompeta. Una comedia, avanzó, que empezará a rodar en enero con Carolina Bang, Antonio de la Torre y Carlos Areces, "un triángulo amoroso entre dos payasos enamorados de una trapecista".

Sobre Plutón Verbenero, apuntó que aceptó trabajar en televisión porque "buscaba la diversión" y quería hacer "un Star Trek hispano".

"El género fantástico te permite ver escapar de la realidad, que es mediocre y decepcionante. Es un escapismo, sí, y me parece fantástico. Ante la realidad, solo hay tres salidas: las drogas, la ultraviolencia y el cine fantástico", expresó.

Así, dijo sentirse "encantado" de ejercer de padrino del festival Mallorca Fantástica, un certamen al que piensa regresar el año que viene. "Pongo la Academia a vuestra disposición", afirmó.