"De Beethoven admiro su fuerza, su energía, su sensibilidad", desgrana el coreógrafo Víctor Ullate, quien presentará en el Auditòrium el próximo 28 de noviembre su último espectáculo, que lleva como título el nombre del compositor alemán.

A las dos horas de duración del ballet, se le sumarán diez minutos más, esta vez de estreno, porque Ullate pondrá por primera vez sobre las tablas una pieza dedicada a su maestro Maurice Béjart, fallecido hace dos años. "He coreografiado Après toi –nombre de la pieza– a partir de la Séptima Sinfonía de Beethoven, la última música que sonó cuando estábamos todos frente a su féretro", recuerda el bailarín. "Fue mi instructor, una persona muy importante en mi carrera. Estuve 14 años en su compañía", prosigue.

La primera obra que trasladarán al escenario del Auditòrium los 22 bailarines de la compañía de Ullate es Tres, coreografiada por Eduardo Lao, director artístico del ballet desde 2001. "El título ya lo dice todo. En la pieza se representa una relación sentimental entre tres personas. Un triángulo que pone de manifiesto las dificultades que envuelven a la pareja", explica el Premio Nacional. A través de un paso a tres, Lao se centra en la aparición de esa tercera persona que irrumpe rompiendo un equilibrio de dos. La pieza, con una duración aproximada de 18 minutos, se apoya en tres obras de Beethoven: la Sonata número 5 para violín; la número 14 "claro de luna" y la número 2 para violonchelo.

El montaje de la segunda obra del programa, cuenta Ullate, estuvo absolutamente marcada por la muerte de Béjart. "Al final del cuarto movimiento, murió Maurice. Y terminé este ballet con la lágrima puesta", dice. Por eso, la Pastoral se la dedica también a su mentor, así como a la bailaora Ángela del Moral, "de la que estuve enamorado platónicamente hace muchos años". "Esta Pastoral es como la vida misma. Está compuesta en tres actos muy diferentes. El primero es la niñez, el despertar de la vida. Aquí se baila con inocencia y alegría. El segundo representa la madurez y la experiencia del amor. Y el último es la llegada de la vejez, la muerte, el caos. La música de Beethoven termina aquí como una gran tormenta, para que después termine resurgiendo la vida. El compositor alemán se inspiró en la naturaleza; yo me he inspirado en la vida del ser humano", refiere.

Además de su compañía, Ullate fue elegido para dirigir la compañia Nacional de Danza Clásica, "proyecto que se ha pospuesto por la crisis económica hasta finales de 2010". Para ello, el coreógrafo reclutará a los bailarines de su actual compañía, que se convertirán en el "embrión" de la nueva. "Mi idea es intentar recuperar a muchísima gente de nuestro país que está bailando fuera. Y por supuesto dar a conocer la gran obra de todo el repertorio clásico, que es la base de toda la danza", añade.

Ahora espera que el Plan Nacional de la Danza salga hacia adelante. "Me parece perfecto que entre todos podamos construir un plan específico para el baile de este país y mejoremos las cosas", opina.

La agenda de Ullate pone la pica en Sudamérica. Beethoven y su anterior espectáculo, Samsara, podrán verse en la primavera de 2010 en Bogotá, Colombia, Uruguay y Argentina.