Personalidades de la cultura, familiares y el público al que durante décadas hizo reír y llorar estuvieron presentes ayer en el Teatro María Guerrero de Madrid para despedir al actor madrileño José Luis López Vázquez, fallecido el lunes a los 87 años tras una larga enfermedad.

"Quedisparate" fue el guiño que su familia mandó imprimir en una de las diez coronas de flores que acompañaban al féretro en este último adiós a López Vázquez, que tuvo lugar sobre el escenario en el que debutó en 1940 con El anticuario y que hoy estaba presidido por una foto con su característica sonrisa.

"Era un código entre nosotros" explicó, emocionado, su hijo José Luis y así, el humor volvía a unirse con la amargura en la capilla ardiente de López Vázquez, casi 60 años y más de 200 películas transcurridas desde aquel bautismo artístico.

"Era alguien muy generoso, riguroso y disciplinado con su trabajo. Un gran actor y un gran creador" que "creó escuela" en el "gran cine clásico español", aseguró la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde. Junto a ella, recibieron el féretro minutos antes de las 15.00 horas –cuando se abrió la capilla ardiente– el director del Centro Dramático Nacional, Gerardo Vera, así como el hijo del fallecido.

Por ella fueron pasando, conforme avanzaba la tarde, compañeros de trabajo y diferentes personalidades a despedir al actor que encarnó con entrañable patetismo al español medio de los años cincuenta y sesenta. "Se ha ido un hombre muy especial, un gran amigo que me enseñó mucho. El más grande del cine español", aseguró entre lágrimas Carmen Sevilla. "Nos quedamos huérfanos de una manera muy buena de trabajar y vivir", aseguró, por su parte, José Sacristán, quien compartió rodaje con López Vázquez en Todos a la cárcel, de Luis García Berlanga.

"Era un actor que te hacía crecer cuando compartías escena con él. Se metía en la piel de cualquier personaje. Hizo de mujer mucho mejor que Dustin Hoffman, pero estábamos en España", describió el actor Jesús Guzmán en referencia a la famosa película de Armiñán.

Concha Velasco, también actriz fetiche de Luis García Berlanga, recordó cómo "Charles Chaplin dijo de él que estaba entre los tres actores más grandes del mundo", tras compartir con su hija Geraldine el protagonismo de Peppermint Frappé, de Carlos Saura. Andrés Pajares, con quien participó en títulos menos prestigiosos pero de amplia popularidad, sentenció: "Era genial, único y camaleónico".

"Me queda en el oído su voz y estoy muy triste", confesó Rosa Valenty, quien también detalló que López Vázquez "el último año estaba completamente ciego y eso era lo que llevaba peor".