Año 1954. El capitán de artillería Jesús Segura desembolsaba, meses antes de su boda, el sueldo íntegro de dos años para cumplir su sueño. 22.500 de las antiguas pesetas le costó aquella Vespa modelo 125 que vio anunciada a toda página en la revista Selecciones y que llegó a la isla a bordo de un avión. "Fue un flechazo. Mi madre lo interpretó como un acto de locura pero es que realmente mi padre se enamoró de aquella moto".

Ha pasado más de medio siglo desde aquel desembarco en Son Bonet. Aunque en Mallorca ya se sabía de la existencia de cuatro motocicletas, la llegada de esta vespa fue especial. "Los operarios la veían tan rara y diferente a las demás motos que apenas sabían como sujetarla. Para ellos era como una nave espacial, poco fiable, poco estable", recuerda para DIARIO de MALLORCA Juan Segura, actual propietario de este vehículo de dos ruedas emblemático para la gente del lugar. "Mi padre fue una persona muy conocida. Le llamaban ´El Capitán Trueno´. La gente, cuando le veía a bordo de la motocicleta sentía una especie de admiración. Cada vez que la aparcaba, se acercaban un montón de curiosos para mirarla con devoción", cuenta.

No era para menos. Hasta entonces, las motos eran muy parecidas a las bicicletas, con motores y con grandes ruedas con radios. Sin embargo, las vespas resultaron ser toda una revolución. Muy cómodas y pensadas para recorrer la ciudad. "Eso sí, eran muy inseguras y peligrosas. De hecho, mi padre siguió utilizando su vieja Harley Davidson hasta que la Vespa le inspiró confianza".

Diseñada en 1951 por el ingeniero aeronáutico Corradino D´Ascanio, pronto se hizo muy popular. Tanto que fue protagonista indiscutible de Vacaciones en Roma, película interpretada por Audrey Hepburn y Gregory Peck. "Tengo un cuadro en el que aparecen mis padres montados en la moto. Ella con pañuelo en la cabeza, él muy elegante. No sé si fue de su luna de miel, camino de Banyalbufar", cuenta Segura. Lo que sí es cierto es que, al ´Capitán Trueno´, se le veía yendo de su casa al cuartel de Enderrocat todos los días. Incluso cuando hacía frío o llovía.

Los años pasaron y llegaron los 600. La Vespa pasó entonces a ser utilizada por la familia Segura sólo como vehículo ocasional, casi una reliquia que permaneció años y años en un garaje y que ahora busca dueño. "Hasta ahora, gracias a unos amigos, he podido mantenerla en perfecto estado. No se ha restaurado, mantiene todas las piezas originales y aún funciona. El problema es que ya no puedo tenerla como me gustaría y me da miedo que alguien robe algunas piezas", explica Juan Segura, coleccionista además de otros vehículos y maquinaria industrial.

Hace un par de semanas, el hijo de ese capitán de artillería recibió una oferta de un turista alemán. Pero el sentimiento pudo más y no la aceptó. "Hay mucho de romántico en esta Vespa, forma parte de la historia tecnológica y turística de la isla. Y me gustaría mucho que se quedara aquí en Mallorca". Por eso, Segura pide a las instituciones que la guarden con el objetivo de, en un futuro, poder inaugurar un museo tecnológico. Si no pudiese ser así, al menos, espera que algún aficionado mallorquín puje por ella. Mientras ese momento llega, Juan Segura la arranca y, con el ruido del motor, recuerda sus primeros paseos a bordo en brazos de papá.

Si alguien está interesado en adquirir este vehículo de dos ruedas, puede contactar con el actual propietario a través del mail: planetasegura@hotmail.com