"El balance es positivo, aunque hay muchas cosas que mejorar", declaró ayer el coordinador del Festival de Cinema i Drets Humans, Alfredo Liébana. El certamen, que concluyó ayer en el Teatre Xesc Forteza tras tres días de proyecciones, ha registrado una afluencia total de mil espectadores. La inauguración, la cinta Chekpoint Rock y el debate de Sunny Bergman fueron "de lo mejor" del festival. El insuficiente fue para dos cortos que no llegaron a pasarse por problemas con el proyector y para la baja resolución de las fotografías de la corresponsal de guerra Christine Spengler.