El catedrático de Psiquiatría y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, Enrique Rojas, visita este lunes Mallorca para desvelar, en el colegio Llaüt del Parc Bit (19:30 horas), sus Tres consejos para la educación.

–¿Cuánta gente necesita un psiquiatra y no lo sabe?

–Mucha. En una investigación que hice hace dos años sobre 89 casos de depresión, concluimos que el 91,3 por ciento tenían también trastorno de la personalidad añadida, y si eso no se trata la depresión se vuelve crónica.

–¿La psiquiatría es el fracaso de la psicología?

–Son complementarias. La psicología nos ha enseñado a tener un método estricto, estudia la personalidad y la conducta y tiene la acción terapéutica. El psiquiatra es un médico que trata de poner un arreglo en los desórdenes.

–Sostiene que la depresión es la auténtica epidemia de nuestro tiempo.

–En efecto. Hasta hace unos años era una gran desconocida, y hoy en medio mundo es la segunda causa de baja laboral. La depresión, la ansiedad, el insomnio y los trastornos de personalidad son las grandes enfermedades psíquicas de ahora.

–En 1987 publicó Una teoría de la felicidad. ¿Usted también tiene la clave?

–La clave no la tiene nadie y la tiene todo el mundo. Consiste en una personalidad madura y en un proyecto de vida con cuatro notas:?amor, trabajo, cultura y amistad. La felicidad pasa por estar contento al comprobar que uno se ha desarrollado de la mejor manera como persona a pesar de todo.

–¿Quién es El hombre Light?

–Es un producto, hombre o mujer, que se parece a la mantequilla sin grasa o al azúcar sin glucosa. Un individuo con hedonismo (placer), consumismo (tener), permisividad (todo vale) y relativismo (todo es bueno y todo es malo), un ser humano sin referente, una veleta giratoria.

–¿El antagonista de la felicidad?

–Es el hombre que vive en la superficie de las cosas. La apuesta por la felicidad debe ser en cosas con sabor duradero.

–También ha estudiado los suicidios. ¿Aumentarán con la crisis?

–Dice la OMS?que han subido entre los jóvenes, y en países como Francia los índices son muy altos. El problema es que hay muchas familias rotas, con lo que la pandilla se convierte en la segunda familia, y sus líderes no son los más inteligentes. De todos modos, la crisis también tiene cosas buenas. Invita a la reflexión sobre la vida.

–En su visita a Mallorca hablará sobre educación, ¿en qué se basan sus consejos?

–En la educación de los sentimientos, de la inteligencia y de la voluntad.

–¿Cuál tiene más carencias?

–Los más abandonados son el mundo afectivo y el de la voluntad. La afectividad es la raíz y base de la conducta humana, aprender a dar y recibir un en una sociedad sin vínculos, donde todo es pasajero, transitorio, y cualquier compromiso se torna muy costoso.

–¿Qué hay de la voluntad?

–La voluntad es la joya de la corona de la conducta. La educación en este sentido consiste en aprender a ponerse metas concretas y realistas y luchar por alcanzarlas a través de la gimnasia de la voluntad.

–¿Por culpa de todas estas carencias estamos a la cola de todas las listas en materia de educación?

–Efectivamente. Educar es seducir por encantamiento y ejemplaridad, convertir a alguien en persona. La educación es la arquitectura de un edificio, la cultura es su decoración, la libertad, la curiosidad por aprender, por crecer por dentro.