El músico donostiarra afincado en Palma Jesús Palazón (San Sebastián, 1947) impartirá del 4 al 20 de marzo un curso básico dedicado a la ocarina tradicional con el fin de "recuperar la identidad y el prestigio de un instrumento maltratado por la historia". Los talleres tendrán lugar en Musicasa, en la calle San Francisco de Sales de Palma, y la inscripción cuesta 170 euros, ocarina incluida.

Médico de profesión y músico por devoción, Palazón es una enciclopedia abierta de este instrumento de origen italiano que inventó Giuseppe Donati a finales del siglo XIX y que gozó de gran popularidad en Mallorca hasta 1920, hasta la desaparición de solistas y fabricantes. Intérprete, compositor y constructor artesano, descubrió la ocarina siendo un niño, cuando "enfermo, en la cama, no dejaba de tocarla y tenía que esconderla debajo de la almohada". Hoy puede presumir de ser uno de los fabricantes más reclamados (los grupos de música tradicional Milladoiro y Oskorri utilizan ocarinas construidas por sus manos) y de disponer de varios discos dedicados a este instrumento en el mercado.

Su historia, su familia, sus constructores más famosos y su afinación y ejecución serán algunos de los aspectos que Palazón tratará durante el curso, dirigido a cualquiera que esté interesado, sea o no profesional. "Todo el mundo puede tocar cosas sencillas y para ello se necesitan unos conocimientos mínimos de solfeo. La ocarina es un pozo sin fondo", asegura.

Jesús Palazón afirma que hablamos de un instrumento con unas características únicas, "por su respuesta acústica, por la magia de su timbre y porque se une con el ejecutante. Más que tocarlo, hay que hacerlo cantar. Es muy similar a la voz humana", señala el profesor, quien apunta que las cualidades de un buen instrumento pasan por su "calidad tímbrica, su afinación y el equilibrio, es decir, que la calidad de las notas sea pareja".

Versátil y pudiendo cubrir un registro superponible al teclado del piano, la ocarina casa con cualquier estilo musical, ya sea bossanova, jazz, vals, folk o habanera. También tuvo su lugar en el Conservatorio. Según el almanaque balear El Isleño, en 1881, el músico y compositor Atilio Bruschetti daba clases de ocarina en el conservatorio de Palma. La primera referencia de la ocarina en Mallorca data de 1879 y es atribuida a Cesare Vicinelli y a Luigi Cussini, que era miembro de la junta del Conservatorio Balear y estuvo muy vinculado al Círculo Mallorquín, donde su orquesta de ocarinas actuaba en muchos actos sociales. A finales del XIX y principios del XX, hubo bandas, orquestinas y solistas en toda Mallorca. Los últimos conciertos se dieron en los conventos, allá por 1920. Hoy, Palazón denuncia falta "de seriedad y conocimiento" en todo lo referido a la ocarina. "A cualquier cosa de barro con agujeros se le llama ocarina", lamenta.