Un equipo de científicos ha descubierto cómo funcionan tres compuestos antibióticos con potencial para reducir el tiempo de tratamiento de la tuberculosis, que ahora se prolonga varios meses, a sólo dos semanas.

Actualmente se emplea una familia de antibióticos conocida como rifamicinas para tratar a los pacientes con tuberculosis. El problema es que son bastante tóxicas, por lo que no se pueden administrar las dosis que permitirían acabar con la bacteria en poco tiempo.

Así, teniendo que administrar dosis más bajas, el tratamiento con rifamicinas suele durar, como mínimo, entre seis y nueve meses. E incluso más, hasta 18 y 20 meses, si el paciente no puede tolerarlas o su infección es resistente a ellas, señala Richard Ebright, codirector del estudio y profesor en la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey.

Las resistencias a los antibióticos se han convertido en los últimos tiempos en un gran problema de salud pública. Ebright dice que "durante seis décadas los antibióticos han sido nuestro baluarte contra las enfermedades infecciosas", pero, "ahora, ese baluarte se está colapsando". Afirma que la necesidad de desarrollar nuevos compuestos antibióticos y dianas útiles es "urgente".